La presidenta Tsai Ing-wen desafió la noche del 31 de diciembre la narrativa de unificación del líder chino Xi Jinping con un compromiso firme con los principios democráticos de Taiwán.
Xi dijo en su discurso televisado el 31 de diciembre: “La unificación de China es una inevitabilidad histórica”, y agregó: “Los compatriotas de ambos lados del Estrecho de Taiwán deben estar obligados por un sentido común de propósito y compartir la gloria del rejuvenecimiento de la nación china”.
Negándose a ceder a las afirmaciones de Beijing, Tsai hizo hincapié en la importancia de los procesos democráticos para determinar el destino de Taiwán por parte de su pueblo.
En respuesta a las preguntas sobre los intentos de China de interferir en las próximas elecciones presidenciales, incluida la coacción de la banda de rock taiwanesa Mayday para que apoye las posturas a favor de China, Tsai dijo que Taiwán está preparado para la guerra cognitiva de Beijing y que tiene confianza en la sabiduría de los taiwaneses contra la manipulación de China.
A medida que Tsai se acerca al final de su mandato de ocho años en 2024, dijo que Taiwán es “una palabra clave para el mundo”. Destacó el compromiso activo de Taiwán en los asuntos globales, su papel fundamental en la cadena de suministro global y su estatus como fortaleza democrática, Tsai subrayó la resiliencia de la nación en medio de las tensiones geopolíticas.
La presidenta saliente mostró los logros de Taiwán bajo su liderazgo, asegurando la sexta posición en índices competitivos y clasificándose como la 21a economía más grande. Haciendo hincapié en el lema “Taiwán puede ayudar”, Tsai pidió una mayor tenacidad y compromiso con las reformas militares, posicionando a Taiwán para enfrentar con confianza los desafíos que plantean el panorama global y China.