Diplomacia: chinos y estadounidenses

Por Juan Ramón Martínez, académico hondureño

Pese a su limitado conocimiento en estos asuntos, la “familia gobernante” encabezada por Xiomara Castro, fue sorprendida por el caluroso recibimiento que el gobierno de Xi Jinping, le dispensó. Nunca antes, en toda la historia nacional, un gobernante hondureño había recibido más singulares atenciones que la que dispensaran a Xiomara Castro y sus acompañantes en Shanghái y en Pekín. El hecho que el presidente Xi Jinping, haya llegado a las gradas, a recibir a la gobernante hondureña, no es usual en el protocolo diplomático que les dispensan a los visitantes extranjeros. Y, los disparos de los cañones, el desfile militar, la revisión de tropas, fueron singulares en los anales de la diplomacia que, muestra más que los méritos de Honduras, los objetivos que China tiene para proteger sus intereses en la región centroamericana. Porque no hay que confundirse. No se trata de la familia Zelaya; o, del partido Libre. El tratamiento dispensado a la gobernante, es una evidencia de la importancia que Honduras tiene en el juego político y militar. Que, desde Honduras, hay que estar claros que tiene un precio y que los hondureños, tendremos que pagar. Hoy o mañana. La expresión popular que, no hay almuerzo gratis, es aplicable en este caso. Y obligado preconocer que, los chinos saben lo que quieren cobrarnos. Nosotros, somos los que no sabemos lo que tendremos que entregar, a unos dirigentes que son pacientes y amables. Pero implacables, al momento de cobrarse lo debido.

Como en todo, son inevitables las comparaciones con el tratamiento diplomático que nos ha dado, hasta ahora, el aliado estratégico de Honduras, Estados Unidos. Washington no ha recibido en la Casa Blanca a ningún presidente de Honduras en los últimos 14 años. El último, fue Manuel Zelaya que, igual que ahora, llegó con su madre, su esposa, sus hijos y su primera nieta. Cuando Zelaya se la quiso entregar para que se la “chineara”, el presidente Bush, como es normal, se negó a recibirla, lo que, sin duda, debió afectar al gobernante hondureño de entonces que, tiene probada fama de rencoroso indomable. No dieron conferencia de prensa. Si lo hicieron, no dijeron nada trascendental. Tampoco firmaron acuerdos. Y no se le dio el banquete que excepcionalmente dispensa el gobierno de Estados Unidos a sus visitantes. De acuerdo con nuestros datos, los últimos presidentes recibidos en Washington, además de Zelaya, fueron Azcona y, Suazo Córdova. Reina, Maduro, Flores, Lobo o JOH no fueron recibidos nunca por el gobernante de Estados Unidos en la Casa Blanca. Xiomara Castro, fue invitada a la Cumbre de los Ángeles y no asistió, por instrucciones del presidente López Obrador de México. Reagan, fue el primer presidente de USA que llegó a Honduras. Solo a San Pedro Sula, como antes lo hizo Salinas de Gortari de México. Bush, siendo vicepresidente visitó La Paz, atendido por Suazo Córdova, con fórmula pueblerinas, pero atentas y cordiales.

Al revisar visitantes presidenciales, la más destacable es la que hiciera Ramón Villeda Morales, Alejandrina de Villeda y el canciller Alvarado Puerto que, fueron recibidos por Kennedy. Después del Salón Oval, dieron declaraciones en el jardín sur de la Casa Blanca. Es decir que, la diplomacia de Estados Unidos, no ha sido especialmente atenta con los gobernantes hondureños. De repente por su estilo seco y distante; o porque creen que, no se lo merecen. O por su estilo de enviar mensajes a los gobernantes, en función del valor que les dispensan. A López Obrador lo han recibido con mucha frialdad, de modo que hay que pensar que Estados Unidos, con una diplomacia europeísta, no les dispensa calidad excepcional a los países latinoamericanos. Si esto es así, es inevitable repetir que, es urgente que el Departamento de Estado revise su política exterior hacia América Latina. Porque si Rusia, amenaza su flanco europeo; ahora, China ataca por el sur; y, los países latinoamericanos son objeto de las embestidas de una diplomacia que, sabiendo, la compleja mentalidad de estos pueblos y sus gobernantes, llega vía las emociones, a concertar adhesiones como las que ha conseguido con los gobernantes hondureños, durante y después de la visita de Castro a Pekín.

Hasta ahora, Estados Unidos cuenta con la simpatía de los hondureños de a pie. Las remesas vienen de alla. Los “poderosos”, solo tienen intereses. Mañana, no lo sabemos.

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