Como habíamos temido, “Mel” se salió con la suya. Aprovechando los vacíos de la ley y la falta de compromiso de algunos profesionales del Derecho, con la complicidad de la guardia de seguridad del Congreso, la servidumbre de Luis Redondo y el apoyo comprometido de la Policía Nacional, y la sospechosa pachorra de una facción del Partido Liberal, ha impuesto a dos abogados como Fiscal General y Adjunto (interinos), suspendiendo las operaciones del aparato Legislativo, hasta el 25 de enero de 2024.
El “éxito” de Zelaya, confirma también algunas cosas: el triunfalismo de la oposición democrática que confía mucho en lo mediático, la irracional seguridad que los Estados Unidos es la clave para detener la amenaza totalitaria de Libre; y el discreto menosprecio que tienen los dirigentes de BOC, confiados en la creencia que, es fácil ganarle a un gobierno que está dispuesto a pasar por encima de todo, por mantenerse en el poder. Dicho, en otros términos, menospreciaron las “fuerzas morales” de Libre, es decir su voluntad de poder; y, su disposición para recurrir a todo, con tal de no permitir que sus opositores, le ganaran la partida.
Por supuesto, nada es gratis. “Mel” ha tenido que pagar mucho para lograr este triunfo parcial. El primero, es el agotamiento del discurso contra la dictadura. Ahora, cada día luce más dictatorial su gobierno. Mucho más irrespetuoso que el de JOH que, creó muchas de las condiciones que ha aprovechado en su favor Libre. Además, ha renunciado a ratificar la legislación que eliminaba las ZEDE, comprometiendo el cumplimiento de una promesa electoral; y anticipando la pérdida en los tribunales internaciones, cuando Honduras sea demandada por los inversionistas extranjeros. Y los más grave, enajena las posibilidades de la negociación, después del 25 de enero del 2024 en que, se elegirá la nueva junta directiva en la que los partidos de oposición que han estado reticentes, siguiendo los consejos equivocados de un expresidente liberal que ha perdido sus talentos estratégicos, a aceptar que tienen que eliminar de la directiva a todos los miembros de Libre, sustituyéndolos por liberales, nacionalistas y salvadores de Honduras.
Una junta directiva en que deje solo, sin ventura, a Luis Redondo, le quitaría a Libre el mandadero más singular que nunca imaginaron tener. Y vía la reforma del Reglamento Interno, fortalecer la democracia interna en la operación del Legislativo, permitiéndole a la oposición una Cámara totalmente independiente del gobierno de Xiomara Castro. La aprobación de un presupuesto más controlado por la oposición, con limitaciones para las transferencias presupuestarias, permitiría vigilar la operación del gobierno de Libre que, no podrá usar las cuentas nacionales, para comprar votos y voluntades, de cara al proceso electoral de noviembre de 2024.
Pero de repente, el mayor daño colateral de este resultado, es que Libre se aleja más de Estados Unidos y la UE, confiando su suerte en brazos de China, con experiencia en apoyar gobiernos desesperados. Seguido de la crisis que puede provocar en las Fuerzas Armadas que, aunque dominadas comprando oficiales, si los diputados democráticos reforman el sistema de nombramiento del jefe de Estado Mayor Conjunto, puede estimular movimientos conspirativos, en los niveles de batallón; o entre los oficiales inferiores con mando de tropa. Es casi seguro que, en Washington a estas horas, se estarán preguntando si la embajadora Laura Dogu, no está cometiendo los mismos errores que, le llevaron a perder para su país, la amistad y la solidaridad de Nicaragua.
Los 74 diputados democráticos “derrotados”, deben estar asimilando la lección y rectificando. Y confirmando que el PL, es “el eslabón más débil” de sus fuerzas; que los militares retirados no tienen valor para salir a combatir y que carecen de influencia en los cuarteles. Que la Policía, bajo la dirección de Sánchez, puede quebrar su unidad externa, una vez que sean amenazados sus oficiales superiores. Y que, tienen que revisar sus estrategias, sabiendo que al final, si no anulan la intervención de tibios liberales y nacionalistas tímidos en los órganos electorales, los resultados pueden ser manipulados como se hizo en el Congreso Nacional, simplemente cerrándoles la puerta de entrada a los opositores.
Hay que agregar que el “éxito” concentra energías. Si no se saben controlar, en la siguiente etapa, puede explotar la unidad interna de Libre que, siempre ha sido frágil; y muy artificial. ¡La lucha sigue!