Nueva York: Miedos y mentiras

Por Juan Ramón Martínez, académico hondureño

Xiomara Castro no se siente Presidente de Honduras. Es empleada doméstica de su marido en la finca familiar. Y por supuesto, también en la Asamblea de las Naciones Unidas. Aquí y allá, se siente cómoda dándole gusto a las órdenes de Mel, en forma anormal, sin exhibir que nos odia a los hondureños, que está al servicio de un grupo que solo puede vivir trabajando en el gobierno, irrespetando la ley, participando en delitos y amenazándonos a todos. Pasando por alto que el odio no construye y solo genera odio; y que, poco a poco, el pueblo hondureño le ha ido perdiendo el miedo y al final del otro año, terminara en las urnas, en las calles; o en la guerra civil, con su régimen irresponsable y anti nacional.

En el podio de la ONU fue a mostrar el miedo de su marido que sigue haciendo las tonterías del 2008 y que teme, que el sistema jurídico, le somete al imperio de la ley. Y, lo eche del país. Es ridícula su petición para que las democracias del mundo, — en las que Mel no cree–, le ayuden a detener a los “golpistas”. Los miedos son personales. Carecen de racionalidad. Y algunas veces solo se generan en las mentes acobardadas o dominadas por problemas de la infancia. O conflictos con el padre y la autoridad. Las Fuerzas Armadas, la Fiscalía General y la Corte Suprema de Justicia, están bajo el control de Mel. De modo que solo el pueblo en las calles, desbordado y cansado, puede si pierde el control de sus nervios derribar su gobierno. Nadie más. ¿O, no confía en Roosevelt Hernández, el oportunista?

Las acusaciones contra “las 10 familias” – debe dar nombres – que pretenden derribarla de su domestica condición, no han hecho nada en su contra. Tampoco usted como gobernante ha hecho nada en su contra. La Reforma Tributaria, no ha pasado en el Congreso, de modo que nada tiene el sector económico en su contra. Es usted señora la que se niega a hablar con los empresarios que, han mostrado moderación y respeto. Algunos de ellos, queriendo calmarla, se han acercado, pero a usted no le satisface sino la rendición total.

Dijo muchas mentiras. Su ataque al capitalismo esta pasado de moda. Los tratados de libre comercio no los impone nadie. Su gobierno negocia con China. No creemos que Xi Ping le tuerza el brazo a su marido. México, Canadá y USA, tienen uno muy exitoso. La globalización no es un fenómeno creado, sino un efecto del comercio mundial; y no hay que creer ingenuamente que solo ha traído pobreza y desigualdad. Sus afirmaciones sobre el capitalismo son falsas porque resulta que hasta ahora, es el único modelo que funciona y resuelve problemas en China, Rusia, Estados Unidos e incluso Lepaguare y Catacamas. Las mentiras dichas en la ONU, todo el mundo lo constato, por lo que no encontró eco ni siquiera pagando a los medios de comunicación internacional. Aquí en Honduras, solo en un periódico público su discurso, boicoteado porque lo repitieron en forma innecesario, en un error que tiene mucho de castigo ciudadano en su contra.

En fin, sus mentiras sobre lo que ha hecho su régimen, son infantiles. No ha reducido la pobreza. La ha incrementado. Solo hay que salir a las calles de las ciudades, en donde han aumentado las personas que viven recogiendo que comer entre la basura. Los jóvenes siguen emigrando. No ha hecho ninguna reforma estructural, por ello la producción está estancada y con tendencias a la disminución. Su “Caja Única”, no es ninguna novedad. La inseguridad ha aumentado, los servicios de salud, educativos y de mantenimiento de carreteras, no han mejorado, sino lo contrario. Su incapacidad es tal que no ha podido edificar siquiera un paso para que los sureños, enfrenten las crecidas del Goascorán, que ahora con el muro construido por los salvadoreños, deposita sus aguas en la Costa de los Amates. Su gobierno es un fracaso, porque su incompetencia es de conocimiento general como por la idea que trasmite que, no gobierna para nosotros

En fin, con su discurso, otra vez se ha puesto en ridículo. Defender a Cuba, Venezuela y Nicaragua, y a los palestinos – que no los representan los grupos terroristas – no tiene sentido en una gobernanta responsable. Nadie le ha tomado en serio. Ni siquiera los haitianos.

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