Es injusto culpar a Xiomara Castro, por los errores de la Cancillería en la CELAC. Castro no entiende lo que tiene que hacer; y, con la confianza como le han enseñado, firma lo que le piden y solo exige el visto bueno de su marido, Mel Zelaya. Y lee, con el tono que cree mejor, los discursos que le ordenan sus asesores. No hay que reclamarle, por lo que firma, — porque está entrenada para ello– sino que por su tendencia de mujer acostumbrada a hacer el ridículo. Carece de sentido de culpa; y, por su conciencia subordinada, no tiene espíritu crítico para preguntarse si una decisión es útil; o, no para mejorar la imagen de Honduras. Lo que la orienta es que, lo que es bueno para su marido, es bueno para el PLR, para el gobierno; y para Honduras.
Entonces a quienes hay que reclamar es a Mel Zelaya, Enrique Reina, y a Torres. A Xiomara Castro no le extraña que Tony García haya ido a observar las elecciones de Rusia. No diferencia la democracia del totalitarismo. Apenas, sabe que todo lo que hacen los enemigos o adversarios de Estados Unidos es bueno; y que, de consiguiente, ella debe celebrarlo en la medida en que se lo ordenen. Tampoco sabe historia de Rusia porque nadie ha tenido la paciencia de explicarle cómo la Unión Soviética pasó a la Federación Rusa y cómo Putin, tiene tanto tiempo al frente del gobierno. La única referencia mínima que tiene es que Fidel Castro, hizo lo mismo en Cuba. Entonces, está obligada a creer siempre hay algo de bueno en el gobierno de aquel país. Por ello, se abstiene de relacionarse con quien le pueda hacer preguntas y prefiere dar respuestas por escrito. Eso sí, no entiende – aunque no sabe que ello sea incorrecto – que lo escrito, redactado por personas de confianza, no tiene porqué provocar el revuelo que ha leído que incluso ha incomodado a algunos gobiernos que creía que le eran “obedientes”. Porque si en Honduras se obedece al presidente porque ha ganado las elecciones, lo natural es que a ella le obedezcan, porque es la presidente de la CELAC. Cuando le pregunta a alguno de los que se atreven mirarle la cara de frente, le dan la razón, porque esas son las instrucciones.
Pero si Xiomara Castro no tiene la culpa, a quien hay que reclamar por el desaguisado que ha significado que nuestro gobernante, haya sido ofendida en forma pública, por más de 14 regímenes de la región. A la Cancillería, en la persona de sus tres titulares, miembros del colectivo – palabra que le gusta muchos liberales destacados que inventan grupos desconocidos como los niños tienen amigos secretos; amigos imaginados – que maneja la política exterior. Ellos rechazan la democracia occidental y prefieren regímenes verticales, en donde las elecciones son meros procedimientos que, siempre operan en contra de la soberanía popular. Dictaduras consolidadas. Reina, es más ladino. García, más distante e irresponsable. Solo Torres, saca la cara y no disimula que su objetivo es llevar a Honduras, al “cartel” de Díaz Canel, Maduro y Evo Morales. Porque no cree en la democracia burda y elemental. Solo en el autoritarismo, en donde su caudillo es el único que “piensa”, lo finge, porque por su poder y fuerza imaginativa es el que tiene ese derecho y solo él. En fin, Torres, no acepta que la política interior, con sus fortalezas y debilidades, se proyecte como política exterior, como se ha confirmado en el caso que comentamos, porque para él y sus colegas socialistas, el poder es fuerza. Y los dirigentes tienen que entender que Honduras y Mel, son los nuevos lideres continentales, llamados a llevar a todos los países del continente a gozar los beneficios de la revolución para lograr la derrota del capitalismo depredador que viene desde los Estados Unidos. Por las buenas; o, las malas.
Entonces, pueden hacer lo que quieren los pichones líderes revolucionarios que Honduras aporta a la comunidad socialista mundial. La ruta la estableció Fidel Castro. La continuo Chávez y ahora la conduce Mel Zelaya, el “comandante vaquero” que cabalga, brioso, sobre los Andes, con la tea encendida, levantando a los pueblos para que se liberen de sus amos imperialistas. Ellos, tiene el mandato. El ridículo, es solo de Xiomara. Es su humilde “contribución”, a la “revolución”. ¡Albricias!