El exprisionero político nicaragüense Félix Maradiaga abogó ante las Naciones Unidas, en Ginebra, Suiza, por la liberación del obispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel en su país por la dictadura, y llamó a declarar ilegítimo el gobierno de Daniel Ortega y su vicepresidenta Rosario Murillo, la pareja que encabeza el régimen.
En su intervención, el ganador del Premio al Coraje 2023 de Derechos Humanos, explicó que el encarcelamiento de monseñor Álvarez es “un ejemplo innegable de la perversidad de una dictadura”.
“En Nicaragua, monseñor Rolando Álvarez se encuentra bajo arresto arbitrario y sentenciado a 26 años de prisión. No conozco otro lugar en América Latina donde un líder de una comunidad religiosa sea encarcelado simplemente por ejercer su derecho al culto y por predicar la paz, la no violencia y la justicia desde el púlpito de su iglesia. Esta es una epidemia mundial”, dijo Maradiaga.
El religioso es el prisionero político más emblemático de su país, pues fue sentenciado solo un día después de negarse a ser sacado de la cárcel, junto a 222 prisioneros más, para ser exiliado y que le retiraran su ciudadanía. Está preso desde mediados del año pasado.
Maradiaga sostuvo su llamado a declarar ilegítimo el gobierno Ortega-Murillo, pues se mantuvieron en el poder en elecciones viciadas y carentes de un proceso democrático. Previo a las presidenciales, la mayoría de precandidatos opositores habían sido arrestados bajo acusaciones de “traición a la patria”.
“Pido… evaluar nuestra propuesta de declarar la ilegitimidad del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, dado que llegaron al poder sin ningún proceso electoral legítimo”, dijo.
Además llamó a “implementar las recomendaciones del Grupo de Expertos sobre Nicaragua, en particular en lo que respecta a cortar los canales financieros que apoyan al régimen opresivo”.
Maradiaga, quien permaneció preso desde 2001 y liberado el 9 de febrero de este año, también llamó a la solidaridad para con miles de exiliados que, como él, tratan de salir adelante en otros países.
“Propongo un nuevo convenio internacional que eleve a la categoría de crimen contra la humanidad el encarcelamiento de personas inocentes por el simple hecho de expresar sus ideas”,
Félix Maradiaga, opositor y exprisionero nicaragüense ante la ONU
Daniel Ortega, un excomandante guerrillero sandinista que ayudó a derrocar al dictador Anastasio Somoza en 1979, estuvo al frente de Nicaragua desde ese año hasta 1990 cuando perdió las elecciones. Sin embargo, en 2007 regresó al poder y se aferró a él destruyendo toda la institucionalidad del país y arrasando con los opositores, empresas y organismos no gubernamentales.
En una de sus más recientes arremetidas ordenó la disolución de la Cruz Roja Nicaragüense y embargó todos sus bienes. Eso mismo ha hecho con miles de ONG y gremiales.