El experto en asuntos internacionales James Bosworth publicó un análisis exhaustivo sobre la relación entre China y Nicaragua, en la cual expone que la reputación del gigante asiático podría verse afectada debido a las incertidumbres políticas y los altos riesgos asociados con el régimen de la familia Ortega-Murillo.
El artículo se titula El abrazo de China a Ortega de Nicaragua podría ser contraproducente y fue publicado este 13 de mayo en el portal especializado World Politics Review.
Bosworth es el fundador de Hxagon, una empresa que realiza análisis de riesgos políticos e investigación a medida en mercados emergentes y fronterizos y tiene dos décadas de experiencia analizando la política, la economía y la seguridad en América Latina y el Caribe.
¿Vale la pena para China el riesgo?
El analista parte de la reciente decisión del régimen dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo de poner fin al acuerdo con el empresario Wang Jing para construir un canal interoceánico en el país centroamericano y la posibilidad de que ofrezca el mismo megaproyecto a China.
Dicho análisis advierte sobre los riesgos que China corre al respaldar al dictador Ortega, cuyo gobierno ha sido objeto de condena internacional por su represión política y violaciones masivas de los derechos humanos.
Bosworth sugiere que esta asociación podría dañar incluso la reputación de China en la región y exponerla a riesgos políticos en un cambio de gobierno en Nicaragua en el futuro.
En última instancia, el experto plantea la pregunta de si la inversión china en Nicaragua vale la pena, dadas las incertidumbres políticas y los riesgos asociados con el régimen de Ortega, quien se encuentra aislado internacionalmente, dependiente de la economía con Estados Unidos y aquejado por las sanciones y por su avanzada edad.
Salud de Ortega no garantiza mucho a China
Aunque el experto destaca que China ha demostrado su capacidad para jugar a largo plazo en la región, el análisis sugiere que la salud política de Ortega no durará para siempre y que China debe considerar cuidadosamente su posición en Centroamérica a largo plazo.
Bosworth reconoce y resalta cómo China ha ampliado su influencia en Nicaragua a través de proyectos de infraestructura, acuerdos comerciales y concesiones mineras beneficiosas para el imperio asiático y de impacto significativo en la débil economía nicaragüense.
Según el analista, las ambiciones históricas de Nicaragua de contar con un canal interoceánico siempre han llamado la atención de empresarios y potencias mundiales, pero fue Ortega, con Wang Jing y su empresa HKND las que fueron más allá al firmar un acuerdo de ley que concedía el proyecto por 100 años al empresario asiático.
Sin embargo, el proyecto fracasó 14 años después por la bancarrota de Wang.

Ortega ató sus ambiciones al empresario chino equivocado
“El imperio empresarial de Wang se derrumbó debido a problemas económicos en China que estaban separados de su esfuerzo en Nicaragua. Su fortuna simplemente se secó, y sus empresas fueron eliminadas de las bolsas de valores chinas. Ortega, al parecer, había atado sus sueños de canal al hombre de negocios chino equivocado”, observa Bosworth.
Y aunque admite que la influencia de China en Nicaragua ha crecido sustancialmente en los últimos años, sin embargo, advierte que “hay riesgos para Beijing al abrazar al presidente Daniel Ortega”.
“En Nicaragua, la inversión china desde que Ortega lo hizo socio en 2021 ha tenido un impacto desproporcionado, porque el país se ha vuelto tan aislado económica y políticamente desde que Ortega reprimió violentamente a sus oponentes políticos en 2018”, dice Bosworth.
Señala que las empresas de construcción chinas han ganado numerosos contratos para construir carreteras y líneas de tren en Nicaragua; China construirá un nuevo aeropuerto al norte de Managua y el régimen de Ortega ha otorgado nuevas concesiones mineras a las empresas mineras chinas sin requerir las evaluaciones ambientales que generalmente se exigen a las empresas estadounidenses y europeas.
“A pesar del retrato de Ortega como un marxista de la vieja escuela, sus políticas hacia China son lo opuesto al socialismo. Son una forma brutal de capitalismo, incluso mercantilismo, que ha permitido a un país más grande socavar económicamente sus propios intereses nacionales”, detalla el analista.
Ortega el mal vecino de Centroamérica
Sin embargo, hay riesgos para China al abrazar a Ortega.
“En primer lugar, al hacerlo, ha dado protección a uno de los regímenes más abusivos del hemisferio. A diferencia de Cuba, que tiene vínculos relativamente fuertes con otros países latinoamericanos a pesar de ser una dictadura, las recientes rondas de represión de Nicaragua han sido condenadas por la mayoría de los países de América Latina”, señala.
Argumenta que Ortega ha perdido amigos e influencia en la región en los últimos seis años y que China, incluso, podría dañar su propia reputación con otros países centroamericanos al vincularse a él.
“En segundo lugar, China corre el riesgo de terminar en el lado equivocado del panorama político polarizado de Nicaragua si alguna vez se produce un cambio político”, precisa.

La biología juega contra Ortega y el factor Taiwán
“Si el pueblo nicaragüense y los opositores políticos de Ortega culpan a China por ayudar al régimen a mantener el poder y obtener riqueza, podría darle a Taiwán una oportunidad cuando Ortega deje el cargo. China ha manejado otras transiciones políticas en América Latina con habilidad, pero esta sería diferente”, observa Bosworth.
Y remata que China nunca tendrá acceso a un nuevo canal en Nicaragua, pero ha obtenido un puesto de avanzada con una clara influencia en Centroamérica.
“La pregunta es si Beijing puede aferrarse a él y si vale la pena los costos y riesgos potenciales. China es conocida por jugar un juego largo, pero la salud y la influencia de Ortega no durarán para siempre”, concluye.