Al director del Servicio de Administración de Rentas, Marlon Ocha, le bastó una reunión en el Congreso Nacional de Honduras para convertirse en el malo de la película política. Propios y extraños sostienen que por su prepotencia y arrogancia, la cuestionada Ley de Justicia Tributaria se estancara.
Diputados del Partido Nacional, del Liberal y hasta los de Libre, el oficialista y al que pertenece Ochoa, lo critican y dicen que su ideologización, o quizá la línea que le dieron para acentuar la polémica entre los políticos, complicó aún más este capítulo.
El martes el titular de Rentas llegó al Congreso y la noche del martes llamó corruptos a los diputados del Liberal y del Nacional, en momentos en que el gobierno requiere de votos de esos partidos para aprobar el paquetazo, como le llaman los opositores, o reforma tributaria.
“No tengan vergüenza. Al que le quede el guante que lo aguante”, dijo Ochoa durante su exposición sobre las condiciones del sistema tributario.
Los diputados de los dos partidos se retiraron.
“Marlon Ochoa le hizo un favor a Honduras por esta humillación que nos hizo. Las bancadas nos unimos para que no se apruebe la Ley de Justicia Tributaria”, dijo el diputado liberal, Marlon Lara.
Este jueves Ochoa ofreció disculpas a diputados laborales por los ataques en el Congreso.
“Señalar la corrupción no debería ser motivo de rompimiento de consensos”, dijo.
Por el momento, las posibilidades de apoyos opositores están engavetadas en el Congreso.
La reforma tributaria que pretende el gobierno de la izquierdista Xiomara Castro eliminaría varios incentivos fiscales, lo que para los empresarios es un atentado porque afectaría decenas de miles de empleos.