Un audio divulgado por el medio de investigación Confidencial, un día después del fallecimiento del general en retiro Humberto Ortega, hermano del presidente nicaragüense Daniel Ortega, expone el estado de alarma en que se encontraba tras haber sido puesto bajo arresto domiciliario.
En la grabación, Humberto Ortega denuncia la grave afectación a su salud como resultado del aislamiento impuesto por la policía del régimen de Nicaragua, una situación que, según sus propias palabras, podría tener graves consecuencias.
El exjefe del Ejército Sandinista, quien murió el lunes a los 77 años de un paro cardiaco en Managua, expresó en el audio que su arresto domiciliario había comenzado tres semanas antes de la grabación, el 9 de junio de 2024.
La medida fue tomada tras sus críticas al gobierno de su hermano y a la vicepresidenta Rosario Murillo en una entrevista con el medio Infobae.
Carlos Fernando Chamorro, director de Confidencial, explicó que la publicación del audio fue retrasada para garantizar la seguridad de las comunicaciones de Humberto Ortega, dada la vigilancia a la que estaba sometido.
En el audio, Humberto Ortega denunció: “Me suspendieron todas mis libertades. Igualmente a mi pareja, Angélica (Chavarría). Se me impide mi tratamiento médico en el hospital privado Vivian Pellas. Mi condición de salud está muy precaria”.
Asimismo, hizo un llamado al gobierno de Daniel Ortega para que tomara medidas inmediatas para su liberación incondicional.
El régimen nicaragüense no ha respondido a las denuncias de aislamiento que pesaban sobre el hermano del mandatario, quien falleció en medio de la profunda crisis sociopolítica que azota al país desde 2018, con una represión que ha dejado más de 300 muertos, según oenegés y organismos internacionales de derechos humanos.
De aliado a crítico del régimen
Humberto Ortega jugó un papel clave durante la transición política de Nicaragua tras la derrota del Frente Sandinista en 1990 y el ascenso de Violeta Barrios de Chamorro a la presidencia.
Sin embargo, con el tiempo se convirtió en uno de los críticos más prominentes de su hermano, especialmente durante la crisis sociopolítica que estalló en 2018.
En ese momento, mientras Daniel Ortega calificaba a los manifestantes y presos políticos como “terroristas”, Humberto Ortega expresó su desacuerdo, argumentando que estos no eran terroristas, sino ciudadanos con derecho a disentir.
En una de sus críticas más recientes, tras la muerte en prisión del exguerrillero y disidente sandinista Hugo Torres, Humberto Ortega describió su fallecimiento como consecuencia de “un cruel encierro”.
También elogió la figura del obispo Rolando Álvarez, otro crítico del régimen, a quien calificó como “serio y valiente” en una entrevista con CNN.
La última declaración pública de Humberto Ortega, realizada el 19 de mayo de 2024 en Infobae, fue una dura crítica al control del poder que ejerce su hermano. Aseguró que Nicaragua solo tendría elecciones libres cuando Daniel Ortega muriera y añadió que, tras la muerte del presidente, ningún miembro de su familia podría continuar en el poder, dada la falta de trayectoria política.
Días después de esta entrevista, Humberto Ortega fue puesto bajo arresto domiciliario y aislado en su residencia. Según Confidencial, el audio que revela su estado fue grabado en secreto, utilizando un celular oculto que Humberto Ortega conservaba tras un allanamiento de la policía en su casa.
Hermetismo del régimen ante su muerte
El régimen de Daniel Ortega ha mantenido un fuerte hermetismo respecto a la muerte de su hermano.
La vicepresidenta Rosario Murillo, en una intervención pública, leyó un comunicado en el que afirmó que los hijos de Humberto Ortega habían pedido “respeto a la privacidad y al luto” tras la muerte de su padre, y recordó su rol en la Revolución Sandinista.
No obstante, el gobierno no decretó ningún día de duelo oficial ni se anunció una ceremonia pública para rendir homenaje al general en retiro.
La situación de Humberto Ortega refleja las crecientes tensiones internas en el régimen sandinista, en un contexto de represión política y crisis humanitaria en Nicaragua, donde las voces críticas, incluso dentro del círculo cercano al poder, son acalladas con medidas extremas de control y vigilancia.