El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este viernes la extensión por un año de la emergencia nacional respecto a Nicaragua, debido a la persistencia de violaciones de derechos humanos y la erosión de las instituciones democráticas bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En un comunicado oficial, Biden destacó que la respuesta violenta del régimen nicaragüense a las protestas iniciadas el 18 de abril de 2018, junto con el desmantelamiento sistemático de las instituciones democráticas, el uso de tácticas represivas contra civiles y la corrupción que ha desestabilizado la economía del país, continúan representando una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos.
Desde el inicio de las protestas en 2018, organizaciones internacionales han documentado graves violaciones de derechos humanos en Nicaragua. Según el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua de la ONU, se han cometido crímenes de lesa humanidad, incluyendo asesinatos, detenciones arbitrarias, torturas, deportaciones forzadas y persecución por motivos políticos.
Informes recientes señalan que, entre abril de 2018 y marzo de 2024, se registraron al menos 73 casos de detenciones arbitrarias contra miembros de la Iglesia católica y otras confesiones cristianas, con acusaciones infundadas y desproporcionadas.
Además, en septiembre de 2024, un informe de la ONU denunció que el gobierno de Ortega ha intensificado su represión mediante arrestos arbitrarios, torturas y supresión de libertades, documentando casos de desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias que aumentaron de 54 a 131 en el último año.
La decisión de Biden de prolongar la emergencia nacional refleja la preocupación continua de Estados Unidos por la situación en Nicaragua y su compromiso de promover el respeto a los derechos humanos y la democracia en la región.