El presidente de El Salvador, el popular Nayib Bukele, sostuvo en Washington que en su país el globalismo ya murió, que el próximo mandatario de los Estados Unidos debe estar dispuesto a luchar contra “las fuerzas oscuras” que atentarán no sólo contra quien resulte ganador en las elecciones, sino también con las que ya operan y que logró vencer a un “gobierno paralelo” que lograron conformar las pandillas.
Planteó que las maras llegaron a controlar no sólo amplios territorios, sino que se convirtieron en una fuerza que incidió en toda la sociedad.
El presidente Bukele insistió en que en El Salvador las pandillas, a las que se jacta de haber derrotado tras encarcelar a unos 77,000 de sus miembros en los últimos 2 años gracias a un estado de excepción, se convirtieron en un gobierno paralelo que controlaba no solo barrios y colonias, sino elecciones e incluso partidos políticos.
“Todos los aspectos de la vida diaria de la mayoría de las personas estaban controlados por las pandillas”, dijo la tarde de este jueves en su discurso en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), considerado el evento conservador más importante de Estados Unidos.
#CPAC | “Déjenme decirles algo. Gracias a Dios, los salvadoreños ahora son inmunes a su influencia. Ya nadie cree en sus mentiras, acabamos de tener elecciones libres y justas y ganamos de manera aplastante con más del 84 %”, dice el Presidente @nayibbukele, sobre la influencia… pic.twitter.com/jnvWt1tvs3
— Secretaría de Prensa de la Presidencia (@SecPrensaSV) February 23, 2024
“En nuestra sociedad arrestamos terroristas, pero tuvimos que destituir a jueces, abogados y fiscales corruptos”, añadió, en referencia a los cambios que impulsó su partido Nuevas Ideas desde la Asamblea en el sistema judicial.
Añadió que el sistema corrupto también lo integraban ONG y “las noticias falsas”, divulgadas por medios tradicionales que según su tesis estaban aliados al círculo vicioso.
“Gracias a Dios los salvadoreños ahora son inmunes a su influencia. Ya nadie cree en sus mentiras”, explicó al referirse a su reciente victoria electoral que le dio la reelección.
Luchar con fuerza contra el “mal”
“El próximo presidente de los Estados Unidos necesita la visión, la voluntad y el coraje de identificar las fuerzas oscuras que van a conspirar en su gestión”, dijo la tarde de este jueves en su discurso en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), considerado el evento conservador más importante de Estados Unidos.
“Y estas fuerzas oscuras ya están dominando en su país”, advirtió el reelecto mandatario, quien el 4 de febrero pasado obtuvo casi el 85 % de los votos para un nuevo período de 5 años a partir del próximo junio.
#CPAC | “El próximo presidente de los Estados Unidos necesita la visión, la voluntad y el coraje de identificar las fuerzas oscuras que van a conspirar en su gestión. Y estas fuerzas oscuras ya están dominando en su país. Pero la gente no puede identificar los cambios lineales,… pic.twitter.com/1H9gvmg7lZ
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El gobernante de 42 años, autodenominado el jefe de estado más cool del mundo, dijo que “debes estar dispuesto a luchar contra todo y contra todos, eso lo representa, luchar por tus libertades, luchar por tus derechos.
Bukele recordó que en El Salvador, durante las décadas de los 60 y 70 se vivieron graves problemas, pero que la sociedad no se dio cuenta de ellos hasta que era muy tarde, “hasta que se convirtió en una guerra civil”.
“No es fácil recuperarse”, agregó, “nos tomó casi 50 años”. Lo dijo en relación a los cambios que su gobierno ha logrado, el principal el combate a la criminalidad, que llevó a El Salvador a ser el país más seguro del continente después de ser el más sangriento.
“Algunos podrían decir que estoy exagerando, pero podemos ver claramente los signos de una sociedad en declive porque hace décadas tocó fondo”, agregó.
El mandatario, fiel a su estilo, se paró en el podio de saco y sin corbata y hasta presumió de haber “salido del infierno” a la cabeza del país, que a pesar de los avances en seguridad pública tiene el enorme reto de revertir la historia económica y hacer crecer los índices de desarrollo, algo complicado para una nación altamente endeudada (76 % de su PIB comprometido).
“Es como cuando vemos a alguien enfermarse primero, tal vez sólo tenga un dolor de estómago, dolor de cabeza o un poco de fiebre, pero si no se trata la enfermedad, sólo empeorará”, comparó.