El cobro en público funcionó. El canciller de Honduras, Enrique Reina, le pagó la deuda de 5,000 lempiras (unos $200) al diputado y aspirante a candidato presidencial, Jorge Cálix, después que este último le hiciera el cobro en redes sociales.
Quizá herido en su amor propio por el atrevimiento de su excompañero de partido oficialista (Libertad y Refundación, Libre), Reina reconoció su deuda, arrastrada de hace algunos años, y le respondió tildándolo de traidor (no por la deuda, sino por cambiar de partido… o quizá sí, también por hacer pública la situación).
Cálix ahora milita en el Partido Liberal, tras su renuncia al oficialismo.
El novelón, ese que bien pudo ventilarse de otra forma, no acabó ahí. Reina mandó a cancelar lo pendiente, los 5,000 lempiras. Y para demostrar que “es derecho”, le agregó intereses, otros 5,000.
“Jorge Cálix, te mandé el pago a tu buffete, pero por 5,000.00, deuda pagada en cheque de caja, no lo aceptaron, te dejo los intereses y si sobra tenelo para tu futuro que no vas a llegar muy lejos. No sabía que era deuda”, remarcó el canciller.
Una copia del cheque a nombre de Cálix fue compartida en redes sociales, la constancia de que el funcionario salda sus deudas, que es “un hombre cabal”.
El capítulo novelesco de la política criolla hondureña no le abona nada a la sociedad, pero, a fuerza de ser sincero, le entretiene.