La campaña presidencial guatemalteca se ha puesto “sabrosona” y los temas morales y de principios tradicionales en esta sociedad conservadora ahora son motivos de ataques y contraataques entre Sandra Torres y Bernardo Arévalo, de la UNE y Movimiento Semilla respectivamente.
No ha pasado ni una semana desde se conoció, tras las elecciones generales del 25 de junio, que ambos disputarían la segunda vuelta y los candidatos y sus partidos han demostrado que están dispuestos a mantener un tono casi directo en sus señalamientos y que esa podría ser la tónica de aquí hasta el 20 de agosto, cuando se realice el balotaje.
Me preguntan que opinó del #matrimonio ?
#profamilia #provida pic.twitter.com/AirtmdDVKU
— Sandra Torres (@SandraTorresGUA) June 29, 2023
Y por los mensajes escuchados, el eterno antagonismo entre centro-derecha y extrema izquierda podría ponerse de moda, otras vez, en tierras chapinas.
“El matrimonio es entre un hombre y una mujer y está establecido en el Código Civil… la Biblia dice ‘Adán y Eva’, no Adán y Esteban”, dijo Sandra Torres en un video que compartió en sus redes sociales, el mismo mensaje que utilizó hace unas semanas en la campaña para el 25 de junio.
Además, recalca que combatirá la corrupción, que hará alianzas con empresarios, que fomentará el desarrollo de la juventud y que mejorará la economía.
Los mismos de siempre mueren de miedo porque Guatemala los va a dejar en el pasado de una vez por todas.
Se nota en la forma en que están mintiendo y desinformando desesperados.¡Que no te engañen! Esto es en lo que creemos en Semilla 🌱: pic.twitter.com/jb2MckPnYR
— Bernardo Arévalo (@BArevalodeLeon) June 30, 2023
Bernardo Arévalo, por su parte, respondió, sin mencionar ningún nombre pero con una clara alusión, que Movimiento Semilla cree en una verdadera democracia, en una economía humana, un país plural y el respeto al medio ambiente.
Sandra Torres obtuvo el 15.86% de los votos y Bernardo Arévalo el 11.78%, en una elección en la que hubo un 40% de abstencionismo y el voto nulo fue de 17.39%.
Para que uno de los candidatos hubiera sido proclamado presidente necesitaba el 50% de los votos más 1.