Carlos Pineda: tiktokero con opaco pasado quiere ser presidente de Guatemala

El campechano candidato presidencial guatemalteco Carlos René Pineda Sosa está feliz. Lo está diciendo en redes sociales y tiene motivos para sonreír: las dos más recientes encuestas le dan, por el momento, como favorito para ganar las elecciones del 25 de junio próximo, aunque no con los suficientes votos como para evitar una segunda vuelta. Lo sabe. Pero este político de 50 años, empresario y últimamente tiktoker tiene un pasado oscuro del que no necesariamente se puede presumir. Con frecuencia en los últimos años lo han vinculado al crimen organizado. Y aunque niega los señalamientos, hay mucho ruido por el apoyo que está ganando.

Sus últimos esfuerzos como aspirante político en 2019 se quedaron en eso, en intentos. La candidatura a la vicepresidencia que quería se la dieron a alguien más en la Unión del Cambio Nacional (UCN).

Pero Pineda ha sabido reinventarse ahora con Prosperidad Ciudadana y está usando las redes sociales para ello.  

Resultados de encuestra ProDatos presentada esta semana.

Con poco más de 930,000 seguidores en TikTok y presumiendo 17 millones de “me gusta”, Pineda comparte casi a diario videos en los que come elote en la palangana de un pick up, se baja de un helicóptero, come tortillas de maíz nuevo en una casa de provincia y otros en los que siempre critica a los políticos corruptos.

Es oriundo de Zacapa, zona dura del crimen organizado.

Mientras dice que su fortuna la ha hecho como empresario del transporte, por medio de una empresa que fundó su padre, sus críticos sostienen que el origen de la misma es la vía ilícita.

Ligado a Manuel Baldizón

Además su pasado político está ligado a Manuel Baldizón, el excandidato presidencial y exconvicto, lavador de dinero confeso, de Estados Unidos y ahora investigado por casos de corrupción en Guatemala. Cuando abandonó la cárcel en Norteamérica tras poco más de 4 años, llegó al país centroamericano, fue arrestado y pagó una millonaria fianza que le permitió estar libre y hasta buscar una candidatura para diputado, misma que fue rechazada por el Tribunal Supremo Electoral, por falta de idoneidad del aspirante. 

“Súmate a esta revolución electoral y ganemos en primera vuelta”, dice en uno de sus más recientes videos compartido en Twitter.

Sostiene que si hay balotaje, los “partidos corruptos” se unirán y eso no le conviene al país. “En primera vuelta digámosle no a la corrupción y sí a una Guatemala mejor”, agrega.

El pasado y sus nexos

El padre del candidato ha sido señalado de tener vínculos con Marjory Chacón Rossell, acusada por los Estados Unidos de lavado de dinero, tráfico de drogas y de sostener nexos con el crimen organizado. Los cargos los aceptó en Miami.

Pero Pineda, de nuevo en redes sociales, negó los parentescos con la mujer.

Del político se dice que no tiene visa estadounidense, porque se la retiraron por sus “nexos oscuros”, que se peleó con Cambio, el partido formado por los hijos de Baldizón, porque perdió protagonismos, que tiene nexos con los criticados mineros del país y de su amistad con algunos de los políticos reclamados en extradición por las autoridades estadounidenses.

Pero parece que todo eso le resbala. El candidato sigue sonriendo y hasta se tomó el tiempo el jueves de bajarse en un bloqueo de calle montado por el magisterio para hacer campaña.

Zury Ríos, la candidata de Valor-Unionista, incluso hizo un listado de los señalamientos contra Pineda: que no tiene experiencia política, que se juntó con corruptos (Baldizón), que Estados Unidos le retiró la visa por nexos con narcos, que lo arrestaron por atropellar a manifestantes en Izabal y que es solamente un político usando redes sociales, que no debe llamársele tiktokero.

Pineda ha sido criticado y hasta denunciado ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) porque en algunos actos de campaña ha aparecido el famoso personaje guatemalteco de redes sociales Mechito, con su vocabulario soez, pidiendo el voto para el candidato.

Es parte del floclor político chapín, justifican algunos a solo 51 días para las elecciones generales.

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