El último informe presentado por el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN) ante el Consejo de derechos humanos de Naciones Unidas revela una situación alarmante: casi un millón de nicaragüenses ha abandonado su país desde 2018 hasta junio de 2023.
Según el reporte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha identificado que “935.065 personas habían abandonado Nicaragua”.
De esa cifra, 874.641 eran solicitantes de asilo y 60.424 habían obtenido el estatuto de refugiado”.
Este exilio masivo se atribuye a “violaciones masivas de derechos humanos” o a una situación que “perturba gravemente el orden público”.
Destacando la magnitud del éxodo, el informe señala que “el número de nicaragüenses que han huido del país desde 2018 corresponde aproximadamente a uno de cada ocho nicaragüenses”.
Las violaciones de derechos humanos documentadas incluyen “la expulsión de nacionales y extranjeros, así como la privación de la nacionalidad nicaragüense”.
El texto del informe detalla patrones clave de violaciones, que incluyen “la negación de entrada o de salida del territorio de Nicaragua; la creación de un ambiente intimidatorio y/o coercitivo; y la acumulación de actos represivos que ha obligado a muchas personas a abandonar el país”.
Los informes anteriores del GHREN han constatado que todos los nicaragüenses entrevistados que abandonaron el país desde abril de 2018 sufrieron una o más de estas violaciones y abusos.
“En muchas ocasiones, las personas se vieron obligadas a huir debido a la exposición a un entorno intimidatorio y/o coercitivo creado por una variedad de diferentes actos represivos que equivalen a la expulsión u otras formas de coacción”, indica el texto.
Ante esta situación, el informe del GHREN hace un llamado a la comunidad internacional para que tome medidas urgentes para abordar la crisis de derechos humanos en Nicaragua y proteger los derechos fundamentales del pueblo nicaragüense.