La República Popular China se convirtió este domingo en el primer país que ha expresado públicamente su apoyo a la reforma constitucional totalitaria impulsada por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa Rosario Murillo, en medio de críticas generalizadas por parte de la comunidad internacional.
El embajador chino en Managua, Chen Xi, felicitó a los mandatarios por la puesta en vigor de la reforma que, según organismos internacionales y grupos opositores, consolida un régimen dictatorial al concentrar el poder absoluto en la pareja presidencial.
“Quiero saludar al pueblo nicaragüense por la recién publicación de la Constitución de la República de Nicaragua, aprobada por unanimidad por los legisladores de la Asamblea Nacional”, afirmó el representante de Pekín en un acto oficial reseñado por medios estatales.
Chen Xi describió la reforma como “una Constitución revolucionaria y democrática”, asegurando que esta fortalece los derechos sociales del pueblo nicaragüense, incluidos educación, salud y seguridad. Asimismo, elogió explícitamente a Ortega y Murillo, ahora con cargos oficiales de copresidentes, “por su compromiso en dirigir al pueblo hacia un futuro más brillante”.
La reforma constitucional, vigente desde mediados de febrero, ha provocado fuertes críticas de organizaciones como Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos, el Parlamento Europeo y diversos grupos opositores nicaragüenses, quienes consideran que elimina la separación de poderes, legaliza la apatridia y establece estructuras paramilitares bajo control presidencial.
Con estos cambios, la Constitución de Nicaragua establece que la Presidencia, integrada ahora por un copresidente y una copresidenta, coordina todos los demás órganos estatales, incluidas las fuerzas armadas y la policía. Además, incorpora oficialmente como símbolo nacional la bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el partido gobernante.
La reforma también amplía el período presidencial de cinco a seis años y permite nombrar vicepresidentes sin elección popular, lo que profundiza el poder familiar ejercido desde 2007 por Ortega, de 79 años, y Murillo de 76.
Nicaragua enfrenta desde 2018 una grave crisis política y social que ha provocado miles de exiliados y cientos de presos políticos, en un contexto de denuncias internacionales sobre violaciones sistemáticas de derechos humanos.
Hasta ahora, China es el único país que se ha manifestado favorablemente sobre estas modificaciones constitucionales.