El empresario guatemalteco Dionisio Gutiérrez advirtió que en el contexto de creciente influencia global, China ha intensificado su presencia en América Latina como una estrategia para debilitar las frágiles democracias de la región.
Dijo que esto supone riesgos y acusa al país “comunista” , de tratar de imponer una cultura de corrupción y sometimiento en su afán de acumular poder y desafiar la hegemonía de Estados Unidos.
Dionisio Gutiérrez es un empresario, politólogo y comunicador guatemalteco, presidente de la Fundación Libertad y Desarrollo, una organización que promueve la democracia y el desarrollo en América Latina.
Conocido por sus críticas a los regímenes autoritarios y la corrupción en la región, Gutiérrez ha sido una voz influyente en el debate sobre la estabilidad democrática en el continente.
🎙️#Editorial | “China, con 75 años de dictadura, 6 tiranos, millones de asesinados y complejos imperiales está en una cruzada por el mundo, especialmente en América Latina, para acumular más poder, vencer a Estados Unidos e imponer su cultura de corrupción, violencia e… pic.twitter.com/3c9e1258r9
— Dionisio Gutiérrez (@DionisioGTM) February 22, 2025
“China, con 75 años de dictadura, 6 tiranos, millones de asesinados y complejos imperiales, está en una cruzada por el mundo, especialmente en América Latina, para acumular más poder, vencer a Estados Unidos e imponer su cultura de corrupción, violencia e imposición”, dijo Gutiérrez en un mensaje que compartió este 22 de febrero en redes sociales.
El empresario sostiene que el objetivo chino es “prostituir aún más las débiles democracias en nuestra región”, aprovechándose de estructuras gubernamentales vulnerables y de la necesidad de financiamiento de muchas naciones latinoamericanas.
Según esta visión, Pekín utiliza su músculo económico para establecer una dependencia política y erosionar los valores democráticos.
El argumento de Gutiérrez se apoya en las ideas del pensador francés Alexis de Tocqueville, quien en 1840 advirtió que un Estado, bajo la excusa de proteger a sus ciudadanos, podría terminar suprimiendo su autonomía y reduciéndolos a una condición de dependencia permanente.
Este concepto resuena en el análisis de quienes ven en la influencia china un riesgo para la autodeterminación de los países de la región.
China ha consolidado su presencia en América Latina a través de inversiones en infraestructura, financiamiento gubernamental y acuerdos comerciales.
Sin embargo, críticos argumentan que estas relaciones económicas no vienen sin condiciones, y que muchas naciones terminan comprometiendo su soberanía en el proceso.
Ante esta situación, diversas voces instan a los gobiernos latinoamericanos a reforzar sus instituciones democráticas y establecer estrategias que permitan una relación equilibrada con China, evitando caer en dinámicas de dependencia que comprometan la estabilidad y el futuro de la región.