Medio centenar de opositores a la dictadura nicaragüense, críticos del régimen y hasta periodistas fueron arrestados durante la noche del miércoles y la madrugada de este jueves y luego puestos en libertad condicional por un juez, lo cual fue criticado por organismos locales e internacionales de derechos humanos y al menos una entidad académica.
El Centro de Asistencia Legal Interamericano en Derechos Humanos (CALIDH), la Asociación Intercultural de Derechos Humanos (ASIDEHU) y la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), calificaron las detenciones como parte de la “escalada del terrorismo de estado” impulsado por Daniel Ortega y su mujer y vicepresidenta Rosario Murillo.
“Rechazamos y condenamos enérgicamente las detenciones generalizadas contra opositores en Nicaragua”, dice un comunicado firmado por las tres entidades.
Según estas, los arrestos nocturnos y de madrugada con redadas masivas están prohibidas por el Código Procesal Electoral y además, son acciones que buscan infundir miedo entre los nicaragüenses y silenciar las voces disidentes del régimen.
“El nivel de perversidad con que se han ejecutado estas redadas busca silenciar a cualquier resquicio de oposición en el país”, dicen las organizaciones denunciantes.
Además, exigieron la libertad definitiva de los detenidos, que han quedado condicionados a presentarse a firmar a diario a sedes policiales, por determinación de un juez de la dictadura.
A los opositores y críticos los arrestaron acusándolos de los presuntos delitos de conspiración y menoscabo a la integridad nacional y de propagación de noticias falsas, los cargos preferidos de la dictadura para someter a quienes se atreven a externar opiniones contra el régimen.