Que el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, salga de su casa es una noticia que pocas veces se da en el país centroamericano, pero que vuele a otro país se vuelve una inusual noticia internacional. Por eso causa revuelo su siempre gris participación en una pequeña cumbre de izquierdistas latinoamericanos.
El dictador de Nicaragua hará quórum junto a otros dictadores como y Miguel Díaz-Canel (Cuba) y Nicolás Maduro, el anfitrión; junto a ellos, el presidente de Bolivia, Luis Arce.
Todos arribaron a Caracas este miércoles, donde se tiene prevista su participación en un nuevo encuentro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), un eje de países gobernados por la izquierda que fue fundado por los fallecidos Hugo Chávez y Fidel Castro en 2004.
El bloque regional, que pretendió en su momento ser una respuesta a la iniciativa estadounidense del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), está conformado actualmente por Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba y las islitas del caribe: Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves y Granada.
La visita de estos dictadores y pequeños mandatarios a la capital venezolana entraña un significado especial para el régimen de Maduro, que en las últimas semanas ha recrudecido su represión contra la disidencia; todo ello en medio de la convocatoria a unos polémicos comicios presidenciales el próximo 28 de julio en los que la principal líder de la oposición y quien encabeza todos los sondeos, María Corina Machado, ha visto impedida la posibilidad de inscribir su candidatura.
Ortega, con evidentes dificultades de movilización motora a sus 79 años, de los cuales los últimos 17 los lleva atornillado al poder en Nicaragua, llega revestido de una opaca distinción de ser señalado junto a su pareja Rosario Murillo, como autores de crímenes de lesa humanidad señalados por Estados Unidos, Amnistía Internacional y Naciones Unidas.
Desde 2018 a la fecha, la dictadura familiar Ortega-Murillo ha cometido 355 asesinatos políticos, más de 4,000 heridos a bala, miles de torturados, desaparecidos, secuestrados, desterrados, violaciones sexuales y más crímenes de lesa humanidad.