Denuncian más de 3,000 procesiones prohibidas en Nicaragua en Semana Santa

Miles de procesiones y actividades católicas han sido suspendidas durante Semana Santa por la dictadura Ortega-Murillo en toda Nicaragua, en lo que una experta en el tema considera como algo sin precedentes en la historia del país.

La doctora Marta Patricia Molina, quien ha documentado las agresiones contra la Iglesia Católica, denunció que nunca se había visto la prohibición masiva de las actividades propias de la temporada.

La dictadura trata “de aniquilar por completo la religión católica, la fe del pueblo”, dijo, en una entrevista para 100% Noticias, un medio de comunicación digital nicaragüense.

“Esto me causa mucho dolor como católica, impotencia como ciudadana nicaragüense”, agregó.

Según Molina, Daniel Ortega y su mujer y vicepresidenta, Rosario Murillo, con estas prohibiciones tratan de impedir que masivamente los ciudadanos vuelvan a las calles y confunden las actividades religiosas con las políticas.

“El sandinismo siempre ha odiado a la Iglesia Católica, siempre ha buscado cómo aniquilarla”, denunció.

Incluso dijo que la idea de la pareja dictadora es crear su propia iglesia, “su propia religión”, en la que los profetas sean Ortega, Murillo y sus hijos, estos últimos involucrados en el régimen en diferentes cargos públicos.

En las actividades de Semana Santa, aclaró, los creyentes se reúnen a rezar el rosario y a participar de actividades que más que religiosas son culturales, “que son parte del ADN nicaragüense”, y no participar de actos políticos.

Denunció además el adoctrinamiento masivo de niños en escuelas, la infiltración de espías en las parroquias y grupos de laicos, “porque la dictadura quiere ejercer un control por todos lados”.

Anunció además que en los próximos días compartirá la documentación de los ataques más recientes en contra de la iglesia en un documento que publicará en www.iglesiaperseguidani.com.

La dictadura mantiene una permanente campaña de ataques contra la Iglesia Católica en la que no solo ha prohibido las procesiones de Semana Santa, sino que también ha expulsado sacerdotes, encarcelado obispos y ha roto relaciones con el Vaticano. 

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