Diario costarricense elogia democracia taiwanesa y embajador chino se molesta

EEUU ha advertido que China presiona a gobiernos extranjeros, élites, periodistas y a la sociedad civil para evitar criticar su conducta totalitaria.

El diario La Nación es el periódico más prestigioso de Costa Rica.

Un editorial del diario costarricense La Nación en el que elogió “la ejemplar democracia y sólidas libertades públicas que caracterizan” a Taiwán tras las elecciones del pasado 13 de enero, disgustó al embajador de la República Popular China, un estado totalitario que no tiene elecciones libres ni plurales.

“Tras una vigorosa campaña, con una participación del 72 % y sin ningún reclamo sobre la rectitud y transparencia del proceso, nunca hubo dudas de que el resultado oficial reflejaría fielmente la voluntad popular. Así ha ocurrido desde que, en 1996, se inauguraron las votaciones directas para presidente. Pero a esto se añadió otro elemento que no es solo ejemplar, sino también admirable: a pesar de la coerción económica, las amenazas, las presiones militares y la desinformación orquestada por China, los ciudadanos eligieron precisamente al candidato contra el que se dirigió esa arremetida. De este modo, reafirmaron su sentido de identidad y creciente suspicacia con respecto a Pekín, y su decisión de no condicionar el ejercicio de sus derechos ciudadanos a lo que pretendan quienes dirigen su régimen de partido único”, dice el editorial de La Nación.

Las elecciones en Taiwán fueron ganadas por el vicepresidente, Lai Ching-te, del  Partido Democrático Progresista (PDP), defensor de la autonomía de Taiwán. China ha calificado a Lai de un buscapleitos.

“El régimen comunista, desde el presidente Xi Jinping hasta funcionarios del partido y altos mandos militares, han tratado de presentar a Lai como un “guerrerista” capaz de generar una confrontación en aras de impulsar la independencia. Este fue, en gran medida, el discurso de Pekín durante la campaña, en el marco de la presunta “inevitabilidad histórica” de la reunificación que destacó Xi hace pocas semanas. Pero lo cierto es que si bien el PDP y su candidato triunfador insisten, con toda razón, en la condición autónoma que debe tener el gobierno taiwanés y rechazan los condicionamientos y presiones que vienen desde el continente, siempre han seguido una política cuidadosa y moderada”, señaló La Nación.

La ira del embajador chino

El embajador chino Tang Heng reaccionó iracundo al editorial del diario más prestigioso de Costa Rica. El periódico publicó su respuesta pese a los epítetos que usó en su contra.

“Hemos tomado nota del editorial publicado por La Nación el 18 de enero sobre las elecciones para el liderazgo y el órgano legislativo en la Región de Taiwan de China. Este editorial es infundado, irresponsable, y pletórico de prejuicios ideológicos”, empezó Tang su respuesta.

Para luego asegurar que “la cuestión de Taiwan no se trata de democracia, sino de la soberanía e integridad territorial de China”.

“El pregonar “democracia v.s. autoritarismo”, pretender obscurecer la esencia de la cuestión de Taiwan con tintes ideológicos e indulgenciar y apoyar las fuerzas separatistas de la isla para provocar confrontaciones es sumamente peligroso, y va en contra de las relaciones amistosas entre China y Costa Rica”, escribió Tang.

Tras una larga perorata sobre su visión de la historia, Tang concluye diciendo que “en 2007, Costa Rica tomó la vanguardia en establecer relaciones diplomáticas con China sobre la base del principio de una sola China, entablando un referente para los demás países de la región. China es el único país entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU que no ha logrado la reunificación total. Esperamos que los distintos sectores de Costa Rica puedan comprender y apoyar la justa posición de China, apoyar el principio de una sola China y la causa de la reunificación de China”.

Es habitual que los diplomáticos chinos intenten evitar que los medios de comunicación critiquen al gobierno chino en temas como Taiwán, Tibet o la persecución religiosa en China.

Un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos dice que China sostiene una estructura global de incentivos que motiva a gobiernos extranjeros, élites, periodistas y a la sociedad civil a aceptar su narrativa y evitar que tales personas y entidades critiquen su conducta.

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