El dictador nicaragüense Daniel Ortega no participará en la toma de posesión de Nicolás Maduro, programada para el 10 de enero, a pesar de que su régimen sigue siendo uno de los pocos aliados del venezolano en la región.
La noticia fue anunciada por la vicepresidenta y portavoz oficial, Rosario Murillo, quien informó que el mandatario nicaragüense enviaría una delegación de bajo perfil para asistir al evento.
Murillo expresó este 9 de enero su “orgullo” por la presencia nicaragüense en la ceremonia, destacando que más de 16 personas conforman la delegación enviada a Caracas.
La delegación está encabezada por el ministro asesor para políticas y relaciones internacionales, Orlando Tardencilla, y entre sus miembros se incluyen figuras del círculo cercano al poder en Nicaragua.
La lista de delegados incluye a las diputadas sandinistas Loria Raquel Dixon Brautigam y Amada Pineda Aráuz, la ministra de la Mujer, Lucien Guevara, el cosecretario de economía creativa, Luis Enrique Morales, y la directora ejecutiva de planificación del Ministerio de Educación, Nora Cuadra. También forman parte de la delegación el embajador en misión especial, Gadiel Arce, así como miembros de la juventud sandinista, entre ellos Valeska Fiorela López, Yaoska Urbina, Douglas Lara, Denis Orozco y Alex Galeano.
A pesar de la ausencia de Ortega, su esposa y codictadora reafirmó el apoyo incondicional de Nicaragua al gobierno de Maduro, un respaldo que se ha mantenido firme a pesar de las críticas internacionales y la creciente presión interna.
En su intervención, Murillo destacó la “hermandad” entre ambos regímenes y subrayó la importancia de la relación bilateral, aún en medio de la crisis política que enfrenta Venezuela.
La toma de posesión de Maduro se realiza en un contexto de profunda agitación social y política en Venezuela, luego de las controvertidas elecciones presidenciales del año pasado, cuyo resultado fue ampliamente rechazado tanto dentro como fuera del país. Líderes internacionales, incluidos varios presidentes latinoamericanos, han decidido no reconocer a Maduro como legítimo presidente, alegando fraude electoral y violaciones a los derechos humanos.