El dictador sandinista Daniel Ortega se mofó de los nicaragüenses desterrados, desnacionalizados y despojados de sus bienes por órdenes suyas y de su pareja, Rosario Murillo, durante el acto conmemorativo del 90 aniversario de la muerte del caudillo Augusto C. Sandino.
En un gesto de desdén, Ortega aprovechó la ocasión para ridiculizar a aquellos que tras desterrados y desnacionalizados, han optado por nacionalizarse en España, tras el ofrecimiento del gobierno de ese país.
Ortega, en su habitual discurso lleno de retórica y manipulación histórica, leyó fragmentos del manifiesto de Sandino en el que se refiere a Adolfo Díaz y Emiliano Chamorro, políticos conservadores de la época, insinuando una conexión con los opositores que él mismo ha desterrado y desnacionalizado.
Con un desprecio evidente hacia los derechos y la dignidad de los ciudadanos, Ortega se burló abiertamente de aquellos que han sido víctimas de sus medidas represivas, considerándolos ahora extranjeros y sugiriendo que deben estar contentos de serlo.
Después de 56 días de ausencia en el cargo público, Daniel Ortega reaparece ante una cúpula de altos militares y policías cómplices, y una coreografía norcoreana de jóvenes JS, para recordarle a los nicaragüenses que sigue anclado en el pasado con su discurso de odio y venganza.
— Carlos F Chamorro (@cefeche) February 22, 2024
La política orquestada por Ortega para desterrar y desnacionalizar a opositores ha encontrado eco en la Asamblea Nacional, que bajo sus órdenes reformó la Constitución para justificar estas medidas autoritarias, bajo la falsa acusación de traición a la patria.
Durante su intervención, Ortega, rodeado de sus acólitos militares y políticos a sueldo, no solo se regodeó con la desgracia de los exiliados, sino que también aprovechó para reafirmar su delirante proyecto del canal interoceánico, una promesa vacía que nunca ha sido llevada a cabo desde 2014.
Precisamente a Ortega se le acusa de firmar un pacto nocivo de entrega territorial y recursos nacionales por 100 años a Wang Jing, un oscuro empresario chino a quien le entregó la soberanía nacional a cambio del canal.
Con un discurso plagado de retórica antiimperialista y ataques a Estados Unidos, Ortega intentó desviar la atención de sus propias violaciones a los derechos humanos y su régimen opresivo, mientras acusaba a los Estados Unidos de crímenes y manipulaciones.
Ortega, Murillo y la mayoría de diputados, ministros, jefes policiales y militares son señalados por diversas organizaciones de derechos humanos como autores de crímenes de lesa humanidad desde los actos represivos de abril de 2018.
En ese año, Ortega y su perversa mujer Rosario Murillo ordenaron disparar contra las manifestaciones y protestas sociales, asesinando mediante la policía, el ejército y paramilitares a más de 355 personas, herir a más de 4,000 y secuestrar, torturar y desaparecer a miles más.
La manipulación de la historia y la burla hacia los derechos fundamentales de los ciudadanos nicaragüenses son solo una muestra más del carácter autoritario y despiadado de Daniel Ortega, cuyo único objetivo es mantenerse en el poder a costa de la libertad y la dignidad del pueblo.