Lo de la dictadura de Nicaragua respecto a los resultados de las elecciones de Estados Unidos es algo, cuando menos, extraño: es la felicitación a un ganador pero sin mencionar el nombre del ganador. Cuestión de estilos, dirá algún convencido del régimen sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que se refiere al país norteamericano como “el imperio”.
En un comunicado de 179 palabras (incluyendo el saludo, la fecha y la frase “gobierno de reconciliación y unidad nacional), el régimen saluda al “pueblo de Estados Unidos de Norteamérica (en realidad, el nombre es de América, aunque ciertamente el país está en Norteamérica), pero no a Donald John Trump, el republicano de 78 años que derrotó a la demócrata Kamala Devi Harris.
De acuerdo a la dictadura, los estadounidenses protagonizaron una “nueva campaña electoral pronunciándose sobre sus aspiraciones y necesidades en la vida cotidiana, y alrededor de los temas candentes que les aquejan y que aquejan a toda la comunidad humana”.
“Como siempre, nuestro reconocimiento al pueblo que en los Estados Unidos vive sus realidades y también conoce las verdades de los pueblos, que con la fuerza de nuestras identidades, culturas, derechos y libertades, caminamos ya en otro mundo, que sabemos y hacemos posible”.
También cupieron, irónicamente, “palabras de fe”. Irónico, porque la dictadura no apoya la fe, sino que la persigue (arresta, condena y destierra a sacerdotes, por ejemplo, por considerarlos opositores cuando pregonan la fe y la petición de justicia de cara a una sociedad donde el que no está con los dictadores es oprimido). Pero el nombre Donald Trump no cupo en ningún renglón.
“Nuestras oraciones por tranquilidad y concordia para el pueblo de los Estados Unidos, desde la fe y la fortaleza de nuestros pueblos”, remata el comunicado.
Y quizá los estadounidenses “requieren” de una “buena dosis de tranquilidad y concordia”, como la que se vive en En todo caso, ¡felicidades, presidente electo Donald Trump!