Dictadura de Nicaragua ofrece a Bielorrusia proyectos firmados con China pese a millonaria deuda con Pekín

Daniel Ortega busca financiamiento para millonarias obras y recurre a otros países, a pesar de haber recibido fondos del gobierno comunista chino.

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo busca nuevos socios para financiar proyectos estratégicos en Nicaragua, a pesar de contar con préstamos ya firmados con China en condiciones consideradas “onerosas” por la oposición.

Esta semana, la dictadura nicaragüense ofreció al régimen del prorruso Alexander Lukashenko, de  Bielorrusia, la posibilidad de invertir en el aeropuerto de Punta Huete, el puerto de Bluefields y otras infraestructuras, originalmente pactadas con empresas chinas.

El ofrecimiento se realizó durante una reunión entre el sancionado ministro de Transporte e Infraestructura del régimen, Óscar Mojica, y el nuevo embajador de Bielorrusia en Managua, Vitali Barchuk, quien manifestó el interés de su país en los proyectos impulsados por la dictadura conyugal Ortega-Murillo.

“Vamos a trabajar en estos temas, vamos a entrar a fondo en cada uno de ellos y esperamos que los resultados sirvan para continuar fortaleciendo las relaciones económicas”, declaró Mojica tras el encuentro.

El régimen ha promocionado estos proyectos como parte de su alianza con China, con la cual firmó en noviembre de 2024 siete contratos en el marco de la XVII Cumbre Empresarial China-Latinoamérica y el Caribe.

Sin embargo, las recientes gestiones con Bielorrusia plantean dudas sobre la viabilidad del financiamiento chino y la estrategia del régimen para concretar las inversiones.

Oposición duda del papel de Bielorrusia como inversionista

Analistas y economistas nicaragüenses consideran que el supuesto interés de Bielorrusia en estos megaproyectos es parte de una estrategia de propaganda del régimen.

El economista y exreo político Juan Sebastián Chamorro calificó la oferta como “cantos de sirena”, argumentando que Bielorrusia no es un país con una estructura de desarrollo fuerte ni con capacidad para financiar inversiones de gran escala.

“Veremos poco financiamiento por ese lado. Aunque sí puede dar algunos recursos por razones políticas, geopolíticas y estratégicas, o porque el dictador de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, responda a un llamado de su amo Vladímir Putin”, afirmó Chamorro.

Hasta ahora, la cooperación bielorrusa con Nicaragua ha consistido en créditos por 85,6 millones de dólares para la compra de 712 equipos de transporte y construcción, pero el dinero no se entrega en efectivo, sino que se registra como endeudamiento y se suministran directamente los bienes.

Por su parte, el exprisionero político y académico Félix Maradiaga cuestionó la narrativa del régimen y consideró la oferta a Bielorrusia como una estrategia de Ortega para aparentar nuevas inversiones ante la falta de avances concretos con China.

“Es otro episodio del teatro propagandístico del régimen de Ortega. Como he dicho en otras ocasiones, existe un verdadero ‘ecosistema de dictadores’ que se protegen y se reciclan mutuamente”, sostuvo Maradiaga.

Añadió que Lukashenko es conocido por prometer grandes proyectos que nunca se materializan, y que cualquier inversión significativa en Nicaragua sigue dependiendo de China y su estrategia geopolítica en América Latina.

China: inversiones inciertas y financiamiento opaco

El ofrecimiento de estos proyectos a Bielorrusia plantea interrogantes sobre el estado real de los acuerdos con China.

Entre los proyectos que Ortega ofreció al embajador Barchuk se encuentra el puerto de Bluefields, cuya construcción fue pactada con la empresa China CAMC Engineering Co. Ltd. (Camce).

Además, el nuevo aeropuerto en Punta Huete, que según documentos oficiales cuenta con un crédito chino de 400 millones de dólares, aparece archivado en la Asamblea Nacional, sin haber sido incorporado al Presupuesto General de la República 2025.

“El aeropuerto tampoco está en la lista de proyectos prioritarios para 2025 del Ministerio de Hacienda. Solo se incluyó la contrapartida nicaragüense de 100 millones de dólares, pero no hay claridad sobre el desembolso chino”, advirtió Maradiaga.

A pesar de la falta de transparencia, la propaganda oficial sigue promoviendo la “alianza estratégica con China”, mientras Ortega explora nuevas opciones de financiamiento con Bielorrusia, un país que carece de capital para asumir proyectos de infraestructura de gran envergadura.

Maradiaga advirtió que la maniobra del régimen podría “servir como pantalla” para ocultar la falta de avances reales en las negociaciones con China, y que, en última instancia, las inversiones seguirán dependiendo de Pekín y su estrategia en la región.

Con una deuda creciente con China y una economía en crisis, el régimen Ortega-Murillo sigue apostando por anuncios grandilocuentes sin resultados visibles, mientras el país enfrenta un estancamiento económico y una profundización del aislamiento internacional.

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