En una de sus acciones más arbitrarias, la dictadura de Nicaragua prohibió a la Iglesia Católica oficiar misas o actos litúrgicos en los cementerios el propio día en que Nicaragua celebra el Día de los Santos Difuntos.
Aunque la dictadura dictó como feriado y asueto el 2 y 3 de noviembre, policías al servicio del régimen recorrieron parroquias e iglesias de todo el país advirtiendo a los sacerdotes, en “visitas de cortesía”, no realizar actos propios en los camposantos.
“En muchas parroquias de Nicaragua, los párrocos han sido visitados por la policía sandinista, recibiendo la notificación que tienen determinantemente prohibido los actos litúrgicos (santa misa) en el día de la conmemoración de los fieles difuntos en los cementerios”, escribió desde el exilio, el sacerdote Uriel Vallejo.
De igual modo la investigadora independiente Martha Patricia Molina, especializada en indagar los abusos de la dictadura contra la Iglesia Católica en Nicaragua, confirmó la denuncia de los religiosos,.
“Las ‘visitas de cortesía’ de la policía sandinista no han cesado. Han llegado a las parroquias a informar a los sacerdotes qué no hay permiso de realizar actividades en conmemoración del Día de los Difuntos”, divulgó en X.
Desde 2018, la dictadura ha llevado la brutal represión contra la ciudadanía y la iglesia hasta los cementerios, pues desde hace cinco años brigadas de policías antimotines invaden los camposanto para evitar que familias víctimas de la violencia política honren a las personas asesinadas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Muchos cementerios públicos y privados tienen capillas donde las familias suelen celebrar misas para honrar la memoria de sus muertos, pero desde 2018 la dictadura ha venido prohibiendo tales actos,
En Nicaragua la dictadura no solo ha sido acusada de asesinar a 355 personas, herir a más de 2,000, secuestrar, desaparecer y torturar a miles, sino también de atacar y expulsar a sacerdotes, monjas y laicos.
En pasado octubre la dictadura envió al destierro a 12 sacerdotes que estaban presos y mantiene en régimen de tortura y castigo al obispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión.
Semanas atrás, la dictadura ordenó a las alcaldías limpiar y preparar los cementerios para la afluencia que recibirán este 2 de noviembre, día de asueto por la festividad de los fieles difuntos.
Este es una celebración tradicional católica en la que los nicaragüenses recuerdan a quienes ya no están, con serenatas, misas y flores.
Desde 2018, en protesta, muchas familias colocaban fotos de las víctimas de la represión y banderas azul y blanco en honor a los caídos en las protestas aplastadas por Ortega y Murillo, pero policías, fanáticos y paramilitares vandalizaron las tumbas de las víctimas.