Dictadura de Nicaragua restringe procesiones católicas en Semana Santa

El régimen sandinista ha prohibido los eventos católicos más importantes, como parte de su control hacia la Iglesia.

La Iglesia Católica en Nicaragua enfrenta una situación sin precedentes en la víspera de la Semana Santa, una de las festividades más importantes y simbólicas para los creyentes.

La abogada e investigadora católica, Martha Patricia Molina, ha denunciado que el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha prohibido aproximadamente 4,800 actividades religiosas durante el período de Cuaresma y Semana Santa de este año, incluidas las tradicionales procesiones que se llevan a cabo en distintos momentos de esta época litúrgica.

Según Molina, la mayoría de las parroquias y capillas se verán obligadas a realizar sus procesiones dentro de sus propios recintos, incluyendo las catedrales de las diversas diócesis y arquidiócesis del país.

Solo unas pocas han recibido permiso para organizar procesiones limitadas alrededor de sus edificios, aunque incluso estas han sido objeto de cancelaciones de último momento por parte de las autoridades.

Además de las restricciones a las procesiones, Molina señala que algunas alcaldías y municipalidades están organizando actividades religiosas sin la autorización ni participación de la Iglesia Católica, lo que agudiza el conflicto entre el Estado y la institución religiosa.

La situación ha obligado a las parroquias a buscar alternativas para la observancia religiosa, como el rezo del rosario y las vigilias de imágenes, actividades que se llevan a cabo con gran cautela.

La respuesta de la Iglesia frente a esta adversidad ha sido de resistencia pacífica y fe inquebrantable.

La Diócesis de Granada, por ejemplo, ha publicado mensajes de esperanza, citando al Papa Francisco para inspirar a los fieles a continuar con su devoción a pesar de las circunstancias.

“Rezar nos dará la fuerza, para seguir adelante, para superar los temores, para entrever, aún en la oscuridad, la salvación que Dios prepara”, refleja el sentimiento general de la comunidad católica en el país.

Paradójicamente, el gobierno ha decretado 10 días de vacaciones pagadas para los empleados públicos durante la Semana Santa, promoviendo el turismo interno y las actividades culturales, en un intento por mostrar una faceta de normalidad y celebración en medio de la represión.

En la víspera, más de 30 jóvenes promesantes que iban en peregrinación de Managua a Rivas al santuario de Jesús del Rescate, están desaparecidos y se teme que hayan sido secuestrados por las tenebrosas fuerzas de seguridad.

La dictadura había prohibido una antigua tradición religiosa de decenas de familias que en Semana Santa acuden en carreteras jaladas por bueyes al templo de Jesús del Rescate a agradecer por milagros, pero los jóvenes marcharon sin carretas ni bueyes y ahora nadie da respuesta a su familia sobre su paradero.

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