La persecución de la dictadura de la familia Ortega-Murillo sigue en cacería criminal contra los sacerdotes. El régimen ha intensificado su campaña de represión contra la Iglesia Católica con la detención de monseñor Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua.
Así lo denunció la abogada Martha Patricia Molina, quien ha venido documentando los ataques sistemáticos a la iglesia en el país desde el inicio de la crisis de represión de 2018.
La captura de monseñor Avilés, un destacado líder católico, anunciada por Molina en sus redes sociales, ocurre en una etapa de discursos de odio y persecución del régimen sandinista contra la Iglesia Católica.
#LOULTIMO Dictadura de Nicaragua refuerza cruzada infernal contra iglesia. Arrestan a Vicario de Arquidiócesis de Managua, Monseñor Carlos Avilés. "Arrestos precautelares" para sembrar el terror y promover la autocensura. Jamás podrán contra la iglesia. pic.twitter.com/hgDvWh2TSj
— Arturo McFields Yescas (@ArturoMcfields) December 28, 2023
Molina denunció la acción como un secuestro, alegando que Avilés había criticado anteriormente la falta de libertad religiosa en el país, contradiciendo las afirmaciones del dictador Ortega de que en Nicaragua “hay paz”.
Desde 2018, más de 500 ataques contra la Iglesia Católica han sido documentados en Nicaragua.
Estos incluyen la reciente detención de un obispo, dos seminaristas y tres sacerdotes en las últimas dos semanas.
Monseñor Rolando Álvarez, conocido por sus críticas al régimen y por resistir el asedio policial, fue encarcelado en agosto de 2022 y condenado en febrero de este año a 26 años de prisión bajo acusaciones de “traición a la patria” y otros delitos políticos.
El clero de la Arquidiócesis de Managua ha reaccionado con oraciones y denunciando clandestinamente a la dictadura, para respetar la integridad física de Monseñor Avilés y los otros religiosos.
Según reportes de 100% Noticias, Avilés está detenido en el distrito tres de la policía en Managua.
La dictadura oprobiosa de los Ortega y Murillo, ha aumentado en los últimos días su actitud hostil hacia la Iglesia.
Recientemente, Rosario Murillo, la aborrecida vicedictadora arremetió contra sacerdotes y obispos, tildándolos de “diablos” y “asesinos” en uno de sus recientes y agrios discursos de odio y terror.
Antes de su detención, monseñor Avilés había condenado la inconstitucionalidad y la falta de institucionalidad en Nicaragua, destacando la corrupción y la vigilancia contra la iglesia. Afirmó que el pueblo nicaragüense desea el fin del gobierno actual para vivir en paz.