El número de prisioneros políticos en Nicaragua pasó de 47 a 64, confirmó el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas.
Todos los encarcelados “bajo esta categoría” son opositores y críticos de la dictadura de Daniel Ortega y su mujer y vicepresidenta Rosario Murillo.
Entre los detenidos están religiosos, como el obispo Rolando Álvarez, activistas de derechos humanos y periodistas, entre otros,
“Entre el 8 de mayo y 19 de junio de 2023 (período que abarca el presente informe) se registraron 33 detenciones por motivaciones de persecución política”, indicó en un reporte este organismo, cuyos datos son avalados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Hasta el 7 de mayo anterior la cifra que registraban era 47.
El informe, un documento de 19 páginas que contiene detalles sobre la persecución política y gráficas estadísticas, tiene un apartado sobre la represión y persecución religiosa, en particular a la Iglesia Católica.
“Desde e abril de 2023 se ha identificado una clara tendencia a reprimir toda manifestación religiosa de la comunidad de la Iglesia Católica y su feligresía. Solo durante la pasada Semana Santa se registraron 21 detenciones arbitrarias dirigidas a personas que intentaban celebrar estas festividades”, dice.
En mayo y junio la tendencia se mantuvo y hay denuncias sobre la “detención de 4 sacerdotes y la captura de 7 trabajadores de la organización Cáritas”, explica el Mecanismo.
Desde abril de 2018, el régimen de Ortega se ha encargado de arrestar a decenas de opositores, entre ellos aspirantes a candidatos presidenciales. El 9 de febrero pasado, 222 de estos fueron liberados, pero la dictadura los desterró, les retiró su nacionalidad y después les incautó todos sus bienes.
La pareja Ortega-Murillo ha sido señalada por organismos internacionales de cometer delitos de lesa humanidad.