Dictadura de Ortega capturó a dos sacerdotes nicaragüenses

Los sacerdotes católicos Pastor Eugenio Rodríguez Benavides y Leonardo Guevara fueron detenidos por la policía de Daniel Ortega entre sábado y lunes, confirmó la diócesis de Estelí, a la que pertenecen ambos clérigos.

Según un comunicado de la Diócesis de Estelí, ambos sacerdotes “han sido requeridos por la Policía Nacional el sábado 20 y lunes 22 de mayo respectivamente, y trasladados a Managua a una de las casas de formación de la Iglesia, mientras transcurre un tiempo de investigación sobre asuntos administrativos de la extinta Caritas Diocesana de Estelí”.

Rodríguez es el párroco de la parroquia Divina Providencia, en la ciudad de Jalapa, en el norteño departamento de Nueva Segovia, mientras que Guevara es el párroco de la Catedral de Estelí, también en el norte del país.

“Sabemos que están bien en su integridad física, pero a la orden de las autoridades del país. Agradecemos a todos Ustedes su preocupación y su cariño por ellos y por todos los sacerdotes al tiempo que les rogamos acompañar este proceso con sus oraciones y en calma”, dice el comunicado eclesial, que expresa su preocupación porque los fieles “se verán impedidos de su vivencia sacramental en las parroquias afectadas mientras dura este proceso y se compromete a asistirles en la medida que nuestras fuerzas lo permitan”.

Rodríguez Benavides, fue detenido la noche del sábado mientras regresaba de una celebración en un pueblo cercano. Junto a él fueron llevados también cuatro o cinco miembros de un coro religioso, según fuentes de la Iglesia católica nicaragüense.

Los dos sacerdotes pertenecen a la diócesis de Estelí, al norte de Nicaragua, también administrada por el obispo Rolando Álvarez, encarcelado por la dictadura de Ortega desde agosto pasado y condenado a 26 años de cárcel.

Desde 2018, al menos 21 religiosos entre sacerdotes, seminaristas y obispos han sido perseguidos, despojados de su ciudadanía, exiliados o encarcelados por la dictadura de Ortega. Otro obispo nicaragüense, Silvio Báez, se vio obligado a exiliarse después de recibir amenazas de muerte.

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