Un sacerdote católico de una parroquia del norte de Nicaragua es la última víctima de la persecución de la dictadura de Daniel Ortega contra la Iglesia Católica del país centroamericano.
Eugenio Pastor Rodríguez Benavides, sacerdote de la parroquia Divina Providencia, en la ciudad de Jalapa, en el norteño departamento de Nueva Segovia, fue detenido la noche del sábado mientras regresaba de una celebración en un pueblo cercano. Junto a él fueron llevados también cuatro o cinco miembros de un coro religioso, según fuentes de la Iglesia católica nicaragüense.
Rodríguez Benavides había asistido el sábado a una celebración religiosa en la ciudad de San Juan de Río Coco, para celebrar los 25 años de ordenación de otro sacerdote, cuando fue detenido.
El sacerdote suele pedir oraciones por el obispo Rolando Álvarez, encarcelado por la dictadura de Ortega desde agosto pasado y condenado a 26 años de prisión. El obispo Álvarez es titular de la diócesis de Matagalpa y administrador de la diócesis de Estelí, a la que pertenece Rodríguez Benavides.
El sacerdote fue llevado a la infame cárcel conocida como “El Chipote” en Managua.
Desde 2018, al menos 21 religiosos entre sacerdotes, seminaristas y obispos han sido perseguidos, despojados de su ciudadanía, exiliados o encarcelados por la dictadura de Ortega. Otro obispo nicaragüense, Silvio Báez, se vio obligado a exiliarse después de recibir amenazas de muerte.