La dictadura de Nicaragua prohibió la entrada al país del sacerdote nicaragüense Mauricio Valdivia Prado, cuando volvía de República Dominicana, en el acto de agresión y coerción más reciente en contra de la Iglesia Católica y sus miembros.
Valdivia es rector y director del Colegio Calasanz, en Managua, administrado por los Padres Escolapios, una congregación religiosa.
El hecho fue denunciado por Martha Patricia Molina, quien ha documentado las decenas de agresiones del régimen contra la Iglesia desde 2018, tras un estallido social que derivó en una sangrienta represión que dejó más de 300 muertos.
“Ya es una práctica o costumbre que se ha convertido en ley en el país: sacerdote que sale (de Nicaragua) tiene asegurado su exilio”, dijo la investigadora a La Prensa de Nicaragua.
Entre las múltiples agresiones de la dictadura de Daniel Ortega contra la Iglesia está el encarcelamiento y condena del obispo Rolando Álvarez, el rompimiento de relaciones con el Vaticano, la confiscación de la Universidad Católica (UCA), la expulsión de monjas y sacerdotes, la prohibición de procesiones de Semana Santa y la confiscación de las cuentas bancarias de la iglesia nicaragüense.