¡Por fin! Estuvieron cara a cara. Sandra Torres versus Bernardo Arévalo, la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) contra Movimiento Semilla. Se picaron los ojos, se jalaron el pelo, se metieron la Wilson, la Nelson, la quebradora y hasta el tirabuzón. Fue una discusión por momentos de rudos, en la que hasta sacaron a bailar a dos muertos, echándoles la culpa de males pasados. Fue un debate, por fin, como el ciudadano guatemalteco lo quería ver en televisión y en redes sociales.
Arévalo no se cansó de llamarla mentirosa, carente de argumentos y de responsabilizarse de la “campaña negra” en contra de su partido. Ella le recordó, una y otra vez, que es nacido en Uruguay y no en Guatemala, y que es, junto a su partido, corrupto porque falsificaron firmas de fallecidos para inscribirlos como miembros de Semilla.
Y entre los ataques y contraataques hubo tiempo para las propuestas como candidatos.
Arévalo hizo del combate a la corrupción su principal trinchera. La educación está estancada por culpa de los corruptos, que la delincuencia campea por culpa de ellos, que el narco avanza porque compra a las autoridades locales, que la migración irregular crece porque no hay oportunidades a consecuencia de que alguien siempre se ha robado los recursos que ayudarían a combatir las causas que llevan a los guatemaltecos a dejar su país.
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Torres, apelando al conservadurismo, comenzó agradeciendo a Dios, para después tratar de proponer, pero estuvo más centrada en tratar de sacar de sus casillas al rival sin lograrlo. Error emocional, dirán algunos.
Pero dijo que también combatirá la corrupción, con mano firme, tan firme como la que aplicará para atacar al crimen. Habló de militarizar las cárceles, sacar al ejército para que patrulle las calles, de subir a 70,000 agentes en la policía, de bajarle el precio a las medicinas y la canasta básica, de mejorar calles y carreteras y de buscar más TPS y programas de empleo temporal en Estados Unidos.
Cosas de familia e ideología de género
Fue demasiada tentación para ambos y no pudieron resistirse. La familia y la ideología de género fue un punto central.
“El proyecto que yo represento jamás ha hablado de ideología de género en su programa de gobierno, como lo hace el otro partido. Que el candidato diputado no venga a decir que no es cierto, aquí están sus estatutos, aquí los tenemos”, remachó Sandra Torres.
Escucha las acciones que tomaré para erradicar la corrupción en Guatemala. 💚👍#ForoPresidenciables2023 #SandraPresidenta #SíEsPosibleAyudar pic.twitter.com/28LhmPPm5K
— Sandra Torres (@SandraTorresGUA) August 15, 2023
“La familia es el centro del plan de gobierno del Movimiento Semilla, porque la familia es la beneficiaria de todas las condiciones de desarrollo que se van a gestar por medio de un gobierno que está libre de corrupción”, planteó Arévalo.
Después dijo, en un “derecho de respuesta, “basta de desinformación. La candidata de la UNE no se sabe ni su propio programa, en pleno foro presidenciable dijo que no proponía nada sobre educación integral en sexualidad, pero ya la descubrimos”.
Y así como Arévalo se atrincheró en la corrupción política histórica que ha anclado al país, Torres se afincó en lo del origen uruguayo de su rival y en las firmas falsas en las inscripciones, un tema quizá muy poco oportuno a pesar de ser un debate en el que se valía casi de todo.
“Invito al candidato diputado uruguayo que explique por qué resucitó muertos con firmas falsas para conformar Semilla, ilegalmente constituido”, dijo la candidata, retomando el argumento del Ministerio Público que extralimitó los límites judiciales para provocar daño al proceso electoral intentando sacar de la contienda al partido de Arévalo. Y eso ha indignado en Guatemala incluso a los que no apoyan a Semilla.
Bernardo insistió que el planteamiento de su rival evidencia que está en componendas con el gobierno de Alejandro Giammattei, a quien responsabilizó del chanchullo de la fiscalía en su contra.
Los muertos que se sacaron a bailar fueron otra tilde del debate. La aspirante dijo que en tiempos en que el papá de Arévalo era presidente (Juan José Arévalo, 1945-1951), Estados Unidos inoculó con sífilis y otras enfermedades de transmisión sexual a guatemaltecos como parte de experimentos médicos y que hasta el gobierno del exmandatario estadounidense Barak Obama pidió disculpas por semejante aberración.
Arévalo le respondió que una investigación concluyó que eso se llevó a cabo sin el conocimiento de las más altas autoridades guatemaltecas y que eso se determinó en el mandato de Álvaro Colom, el fallecido exesposo de Torres.
Terminado el debate, que duró poco más de hora y media, como hacen los boxeadores al terminar el combate en el que no hubo nocaut, los dos gritaron que habían ganado.
“Quedó demostrado que a los mismos de siempre sólo les queda mentir y desinformar. Pero no venimos solo a ganar un foro: de ti depende de que les ganemos este domingo”, escribió Arévalo, o su “community manager” en redes sociales.
Sandra Torres subió un video: “ganamos el foro, lo dejamos sin argumentos. Todavía estamos esperando que nos diga donde consiguieron esas 5,000 firmas falsas de su partido político y esos muertos que fueron a levantar a las tumbas para que se afiliaran al partido Semilla”.
Y aunque entretenido y muy esperado, el combate real será el domingo 20 de agosto, en la segunda vuelta electoral.