La administración de Donald Trump está avanzando en conversaciones regionales para expulsar a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y América Central (CAFTA), según reveló el periodista Andrés Oppenheimer en una columna publicada en el diario The Miami Herald el 18 de febrero de 2025.
Oppenheimer cita a Mauricio Claver-Carone, enviado especial del Departamento de Estado a las Américas por Trump, quien afirmó que existe un “acuerdo completo entre todos los sectores del gobierno de los Estados Unidos” para retirar a Nicaragua del tratado.
El argumento es que es “ridículo que Nicaragua”, que ataca a Estados Unidos con migración irregular y pacta acuerdos con Rusia, China y otros enemigos de Washington, continúe beneficiándose del CAFTA mientras su principal socio comercial sigue siendo Estados Unidos.
El CAFTA, firmado en 2004, incluye a Estados Unidos, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Según economistas citados por Oppenheimer, Nicaragua es el país que más se ha beneficiado de este acuerdo, y su exclusión representaría un golpe devastador para la economía del país, afectando exportaciones clave como café, tabaco, azúcar, textiles y piezas de cableado de automóviles.
El economista y ex candidato presidencial nicaragüense Juan Sebastián Chamorro, actualmente exiliado en EE.UU., advirtió que sin el acceso preferencial a los mercados estadounidenses, el subempleo en Nicaragua podría aumentar del 45% al 55%.
Represión y derechos humanos
Oppenheimer también contextualiza la decisión en el marco de la represión del régimen de Daniel Ortega.
Cita datos de Human Rights Watch, que documentan que más de 300 nicaragüenses fueron asesinados y 2,000 resultaron heridos por fuerzas del gobierno y paramilitares durante las protestas antigubernamentales de 2018.
Comparativamente, indica que esta cifra es más del doble de los asesinatos ocurridos en Venezuela durante las manifestaciones de 2017.
La posible expulsión de Nicaragua del CAFTA enfrenta resistencia dentro de Centroamérica. Algunos países, como Costa Rica, temen que una crisis económica en Nicaragua provoque un nuevo flujo migratorio hacia su territorio.
¿Decisión inminente?
Oppenheimer reporta que, según Claver-Carone, la decisión podría tomarse en “cuestión de meses” y que la administración Trump espera iniciar el proceso antes de fin de año. Sin embargo, advierte que la expulsión de Nicaragua del CAFTA requiere un consenso entre los demás países miembros.
A pesar de las críticas a otras políticas de Trump hacia América Latina, Oppenheimer considera que esta iniciativa podría ser una excepción lógica, en contraste con otras medidas comerciales calificadas como “miopes y contraproducentes”.
La posible suspensión de Nicaragua del CAFTA marcaría una escalada en la presión internacional contra el régimen de Ortega, que en los últimos años ha enfrentado sanciones y aislamiento diplomático por parte de EE.UU. y la Unión Europea.