El gobierno de Estados Unidos canceló abruptamente los programas de ayuda destinados a apoyar a activistas de oposición, presos políticos y grupos religiosos en Cuba, Nicaragua y Venezuela, una medida que ha generado preocupación sobre un posible cambio de estrategia en la política exterior estadounidense, informó el diario estadounidense Miami Herald.
La decisión, tomada tras una revisión del Departamento de Estado, argumenta que estos programas “no son de interés nacional” para EE.UU., lo que ha provocado la suspensión o eliminación de casi la totalidad de los proyectos financiados por la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) y el Instituto Republicano Internacional (IRI), una organización vinculada al Partido Republicano y especializada en el fortalecimiento de la democracia en regímenes autoritarios.
Según fuentes citadas por El Miami Herald, solo tres de los 95 programas del IRI han sobrevivido, aunque están en pausa debido a una orden previa del Departamento de Estado.
Los recortes también afectan a la contraparte demócrata del IRI, el Instituto Nacional Demócrata (NDI), lo que deja a cientos de iniciativas pro-democracia en incertidumbre.
Impacto en Cuba, Nicaragua y Venezuela
La medida golpea particularmente a medios independientes cubanos como Cubanet, que dependían de la financiación de USAID para continuar operando en un entorno de censura estatal.
En Nicaragua, la suspensión de fondos afecta a organizaciones religiosas que han resistido la persecución del régimen de Daniel Ortega, mientras que en Venezuela, la oposición enfrenta mayores riesgos ante la consolidación del poder por parte de Nicolás Maduro.
El presidente del IRI, Daniel Twining, advirtió que la decisión de Washington “solo beneficiará a los dictadores en Cuba, Venezuela y Nicaragua” y debilitará redes de activismo construidas durante años.
En una llamada interna citada por El Miami Herald, Twining alertó que la organización podría cerrar en pocas semanas sin estos recursos.
Desde el Congreso, senadores como Rick Scott y Jeanne Shaheen han manifestado su preocupación, con Scott asegurando que la inversión en ayuda exterior no ha producido cambios significativos en la región, mientras que Shaheen destacó que la medida contradice los esfuerzos de EE.UU. por frenar la influencia de China en América Latina.
División política en EE.UU.
La cancelación de fondos ha provocado un enfrentamiento entre legisladores republicanos y demócratas.
La representante republicana María Elvira Salazar instó al gobierno a restablecer la ayuda, argumentando que fortalecer la democracia en América Latina es clave para la seguridad de EE.UU. En contraste, la demócrata Debbie Wasserman Schultz criticó a sus colegas republicanos por permitir que la administración Trump desmantele décadas de inversión en democracia en la región.
Por ahora, la incertidumbre persiste sobre el destino de los programas cancelados y su impacto en la lucha por la democracia en América Latina.