El gobierno de Estados Unidos está a la espera de la elección del fiscal general de Honduras con al menos 86 votos de diputados del Congreso Nacional y de la instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad (CICIH), dos procesos que se vienen dilatando en un país acostumbrado a las tormentas políticas.
El subsecretario de Estado adjunto para América Central, Eric Jacobstein, dijo que el gobierno del presidente Joe Biden considera “importante que un fiscal general sea elegido por acciones legislativas regulares con el apoyo de 86 diputados”.
El funcionario abogó por el retorno al “orden normal, al orden regular y esperamos trabajar conjuntamente con el pueblo hondureño y la comunidad internacional para apoyar esfuerzos entre todos los partidos para que un fiscal general sea elegido”.
En cuanto a la CICIH, consideró como positiva la decisión de extender por 6 meses más el memorando de entendimiento del gobierno de la presidenta Xiomara Castro con las Naciones Unidas.
“Fue bastante importante, porque da un poco más de tiempo a hacer todo lo difícil que hay que hacer para tener un CICIH independiente y eficaz. Así que aplaudimos la extensión”, explicó.
“Esperamos que todos podamos tener una CICIH, que el pueblo hondureño puede tener una CICIH independiente y eficaz tan pronto como sea posible”, insistió.
Actualmente en Honduras hay un fiscal general interino, impuesto por una comisión permanente del Congreso decidida por el oficialismo y sus aliados.
Johel Zelaya, quien ocupa el cargo ante la falta de consensos entre los partidos políticos representados en el legislativo, es visto por la oposición como un funcionario “ilegal” que usurpa el cargo.
La CICIH, un ente investigador autónomo que tendría facultades para escarbar en oscuros casos que no han sido fiscalizados, es un organismo que promueve las Naciones Unidas, pero que, según los adversarios de la presidenta, no se ha instalado por la falta de voluntad del gobierno que prefiere mantener los casos que le afectan debajo del tapete.