La propaganda de la dictadura de Daniel Ortega y de China repite que el nuevo Aeropuerto Internacional Punta Huete en Nicaragua, con una pista de 3,600 metros, se prepara para recibir los aviones más grandes del mundo, fortaleciendo el comercio y la conectividad global.
Ubicado a 58 kilómetros de Managua en una zona rural escasamente conectada, la pista de Punta Huete fue construida por la Unión Soviética en los años 80 para recibir aviones militares Mig, en plena guerra civil nicaragüense, pero los aviones nunca llegaron y la larga pista se llenó de vegetación en los alrededores.
En agosto de 2024, la dictadura Ortega-Murillo anunció los trabajos de reconstrucción del aeropuerto Punta Huetecon apoyo de China. Según la propaganda oficialista, el proyecto “busca convertir al país en un nodo clave de transporte, logística y comercio internacional”.
La ceremonia de inicio de las obras fue presidida por Laureano Ortega Murillo, hijo de los dictadores de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Las obras supuestamente tendrán una duración de 48 meses, aunque se ha señalado la falta de transparencia en su ejecución.
Pero ¿necesita Nicaragua ese aeropuerto y cuánto le costará semejante obra?

Un aeropuerto vacío
El actual Aeropuerto Internacional Augusto Sandino de Managua es una terminal aérea desolada y escasamente utilizada. Desde las protestas de 2018 la cantidad de vuelos empezaron a reducirse y tras la pandemia aún más.
“Da tristeza ver el aeropuerto tan vacío, un par de negocios nada más de artesanía y dos quioscos y después nada, poca gente”, relata un pasajero que visitó Managua en diciembre.
Para este martes 14 de enero, el Aeropuerto Sandino solo tenía previsto recibir 11 vuelos en todo el día, el primero a las 8:14 am y el último a las 10:35 pm. Esa es una mínima fracción de los vuelos que llegan a los aeropuertos de Guatemala, El Salvador o Costa Rica. Esa escasa llegada de vuelos hace además que sean los más caros de Centroamérica.
La semana pasada, un pasajero relató un ambiente donde su vuelo a Miami era el único en la pantalla y la sala de espera donde esperaba el vuelo era la única ocupada.
“Al final hay un salón amplio vacío, sin movimiento. Pequeños quioscos que venden gaseosas, jugos y alguna artesanía”, relató.
Los vuelos de inmigrantes africanos o asiáticos que llenaron el aeropuerto en 2024 como parte de una estrategia de desestabilización a Estados Unidos, han casi desaparecido tras las medidas estadounidenses. Después de las 6 de la tarde la terminal aérea luce desolada, vacía.

¿Para qué necesitan otro aeropuerto si no hay demanda de pasajeros?
“Es difícil imaginar va a ser el centro de turismo de América Central, bajo sanciones internacionales. ¿Cuáles aviones grandes van a llegar al Aeropuerto Punta Huete?. Entonces si gastan todo este dinero en un aeropuerto turístico sin uso, aparte de aviones militares chinos y rusos, ¿quién pagará para este aeropuerto no utilizado?”, se preguntó recientemente el académico estadounidense Evan Ellis, en una entrevista con el medio nicaragüense Confidencial.
Según Ellis, “esto ha ocurrido en muchas ocasiones”.
“Los chinos piden que el país pague y hay comisiones que aquí benefician a las personas conectadas al régimen. Si es Laureano Ortega ¿y si el proyecto al final ya no queda rentable? Este es el problema del país que ha gastado el dinero y China se quedó con su dinero, por haber cumplido su proyecto”, explicó Ellis.
Y ciertamente hay un caso muy conocido ocurrido en Nepal, en Asia, que ya explicaremos más adelante.

Consolidar la presencia de potencias autoritaritarias
Para el reconocido opositor nicaragüense, Félix Maradiaga, “la construcción del nuevo aeropuerto en Punta Huete podría, en teoría, fortalecer la competitividad de Nicaragua y modernizar su infraestructura. Sin embargo, bajo el régimen de Daniel Ortega, este proyecto genera serias dudas debido a sus alianzas con China, Rusia e Irán, y al historial de uso de infraestructura con fines estratégicos y no meramente civiles”.
“El régimen Ortega-Murillo, conocido por su profundo antinorteamericanismo, ya ha permitido la instalación de infraestructura estratégica como la base de inteligencia rusa en Managua. Por ello, es legítimo cuestionar si este aeropuerto busca realmente beneficiar a los nicaragüenses o si será una nueva herramienta para consolidar la presencia de potencias autoritarias en la región. La falta de transparencia en este proyecto refuerza la necesidad de mayor escrutinio internacional”, señaló Maradiaga a Centroamérica360.
El politólogo nicaragüense, que fue preso político de la dictadura Ortega-Murillo, sostiene que “el aeropuerto, financiado con un préstamo chino de 450 millones de dólares y gestionado por CAMCE, revive el legado de Punta Huete como base militar construida en los años 80 con apoyo soviético”.
“Eso refuerza sospechas sobre su posible doble propósito: comercial y militar. En un país con necesidades críticas en salud, educación e infraestructura básica, priorizar un proyecto de esta magnitud parece más alineado con intereses geopolíticos de China y Rusia que con el desarrollo nacional”, subraya Maradiaga.
Solo queda el uso militar
Para el reconocido periodista y exministro de Turismo, Pedro Joaquín Chamorro Barrios, la única explicación del aeropuerto es que se usará para fines militares.
“Es muy dudoso que con la apertura del nuevo aeropuerto se vaya a desarrollar una “súbita oleada” de turistas proveniente de los nuevos “aliados estratégicos” de la dictadura, como Rusia, China, Irán, Bielorrusia, o Tayikistán”, señaló Chamorro en un artículo titulado “Punta Huete: una obra que sobra”.
“Los grandes aviones civiles que podrán aterrizar en el nuevo Aeropuerto Internacional de Punta Huete, existen, lo que no existe para semejante aeropuerto son los pasajeros, el mercado, que es lo que debería de dictar la necesidad de construir un gran aeropuerto y no al revés. Entonces solo quedan los aviones militares, que son precisamente los que dictaron la construcción original de la pista en los años 80, es decir, realísticamente hablando, su objetivo sigue siendo geopolítico y no se justifica del punto de vista económico por los factores de mercado”, advirtió Chamorro Barrios, otro expreso político de la dictadura que reside en Estados Unidos.

Empresa cuestionada y el caso Nepal
Además de los cuestionamientos sobre su uso, el aeropuerto tendrá un costo de $500 millones y el estado nicaragüense ya tuvo que dar un adelanto de $80 millones a la Compañía de Ingeniería CAMC de China que realizará la reconstrucción, expansión y mejora del Aeropuerto.
CAMCE es una subsidiaria del conglomerado China National Machinery Industry Corporation, también conocido como Sinomach. CAMC o Sinomach tienen experiencia en construir aeropuertos a precios sobrevaluados y con deficiencias en su construcción y por supuesto, financiados por China a través de préstamos.
CAMC está envuelta en un escándalo en Nepal, un país fronterizo con China, donde se ubica el emblemático Monte Everest y una de las naciones más pobres de la zona.
Es el caso del Aeropuerto Internacional de en Pokhara, la segunda ciudad más grande de Nepal. A un costo de 216 millones de dólares, abrió sus puertas en enero y ha sido un fracaso monumental. China acordó proporcionar préstamos para construir el aeropuerto hace más de una década. ¿La constructora? China CAMC Engineering, el brazo de construcción del conglomerado estatal, Sinomach, como contratista.
Según una serie de artículos publicados por The New York Times en octubre y noviembre de 2023, el aeropuerto no ha podido atraer ningún vuelo internacional regular, lo que plantea preocupaciones sobre si generará suficientes ingresos para pagar los préstamos a sus prestamistas chinos. Los funcionarios de Nepal han pedido a Beijing que cambie los préstamos por una subvención para aliviar la carga financiera, pero China no ha aceptado hacerlo.
The New York Times informó que CAMC había inflado el costo del proyecto y socavado los esfuerzos de Nepal por mantener el control de calidad, dando prioridad a sus propios intereses comerciales. La Autoridad de Aviación Civil de Nepal, la agencia que supervisa la construcción del aeropuerto, no hizo nada al respecto, para evitar molestar a Pekín.
En Nepal, China, CAMC Engineering, importó materiales de construcción y maquinaria de movimiento de tierras de China. El aeropuerto, construido con un diseño chino, está repleto de tecnología de seguridad e industrial fabricada en China.
La investigación de The New York Times, basada en entrevistas con seis personas involucradas en la construcción del aeropuerto y un examen de miles de páginas de documentos, encontró que China CAMC Engineering había dictado repetidamente términos comerciales para maximizar los beneficios y proteger sus intereses, mientras desmantelaba la supervisión nepalí de su trabajo.
Esto ha dejado a Nepal un aeropuerto internacional, a un precio significativamente inflado y sin los pasajeros necesarios para pagar los préstamos a su prestamista chino.
El acuerdo de préstamo chino solo permitía a las empresas chinas pujar por el trabajo. La oferta ganadora de CAMC de 305 millones de dólares, resultó ser casi el doble de lo que Nepal había estimado que costaría el aeropuerto, lo que levantó la iría de algunos políticos nepaleses, que calificaron el precio de escandaloso y el proceso de licitación amañada. Luego, CAMC bajó el precio alrededor del 30 por ciento, a 216 millones de dólares.