El papa Francisco dedicó este lunes una Carta “al Pueblo de Dios que peregrina en Nicaragua” en la que le expresa su cercanía a los nicaragüenses, les asegura que ora por ellos en momentos de que sufren una extrema persecución de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo y les pide que “tengan la certeza de que la fe y la esperanza realizan milagros”.
“Desde hace tiempo deseaba escribirles una carta pastoral para reiterar, una vez más, el cariño que profeso al pueblo nicaragüense, que siempre se ha distinguido por un amor extraordinario a Dios, al que ustedes llaman con tanto afecto Papachú”, empieza la carta papal.
Por ello, el Papa Francisco expresa su deseo de que esta celebración de la Inmaculada, que nos prepara a la apertura del Jubileo de 2025, les obtenga el aliento necesario en las dificultades, las incertidumbres y las privaciones. En esta fiesta, precisa el Papa, no olviden abandonarse en los brazos de Jesús con la jaculatoria “Dios primero”.
“Quiero hacerles llegar mi cercanía y la seguridad de que ruego incesantemente a la Virgen Santa que los consuele y acompañe confirmándolos en la fe. Quiero decirlo con fuerza, la Madre de Dios no cesa de interceder por ustedes, y nosotros no dejamos de pedirle a Jesús que los tenga siempre de su mano”, dice el Papa Francisco.
El 8 de diciembre se celebra en Nicaragua la fiesta de la Inmaculada Concepción de la virgen María (la Purísima), la fiesta católica más importante del país. Pero la iglesia nicaragüense sufre actualmente una persecución sin precedentes de la dictadura Ortega-Murillo: cuatro obispos católicos desterrados y despojados de su nacionalidad, más de un centenar de sacerdotes desterrados y muchos han sufrido cárcel y exilio.
En este sentido, el Pontífice les recuerda que, la fe y la esperanza realizan milagros. Y dirigiendo su mirada a la Virgen Inmaculada, el Papa les dice que, “ella es el testimonio luminoso de esa confianza”. Ustedes siempre han experimentado su amparo materno en todas sus necesidades y han mostrado su agradecimiento con una religiosidad muy hermosa y rica espiritualmente.
“No se olviden de la Providencia amorosa del Señor, que nos acompaña y es la única guía segura. Precisamente en los momentos más difíciles, donde humanamente se vuelve imposible poder entender lo que Dios quiere de nosotros, estamos llamados a no dudar de su cuidado y misericordia. La filial confianza que tienen en Él y también su fidelidad a la Iglesia son los dos grandes faros que iluminan su existencia”, les dice el pontífice a los nicaragüenses.
La Carta del Papa concluye encomendando al pueblo nicaragüense a la protección de la Inmaculada Concepción, a la que han elegido como Madre de su pueblo y, además, invitándolos a rezar la oración que escribió para el Jubileo, “pidiendo al Señor que nos dé la paz y todas las gracias que necesitamos”.
“La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y la paz de nuestro Redentor”.