El exministro guatemalteco de Gobernación, David Napoleón Barrientos, reconoció este miércoles que presentó su dimisión el lunes debido a las presiones del Ministerio Público y sostuvo que el papel de las autoridades frente a los bloqueos y las protestas populares que persisten en Guatemala fue siempre proteger y respetar a las personas, y la confrontación física nunca estuvo en sus planes como funcionario.
“Yo presenté mi renuncia por una solicitud que hace el Ministerio Público a la Corte de Constitucionalidad. Esa solicitud yo la entendí como una incomodidad del Ministerio Público por mi permanencia en el Ministerio de Gobernación. Creo que cuando uno empieza a ser incómodo en algún lugar, lo más prudente es retirarse; no vale la pena aferrarse a un puesto; un funcionario público se debe a la población”, dijo Barrientos en una entrevista con Emisoras Unidas.
“Confrontar con la población de una manera violenta nunca fue ni siquiera una idea del ministro de Gobernación en ese momento”, explicó el exfuncionario.
Según Barrientos, “los protocolos de la actual Policía Nacional Civil son muy modernos y de una policía del primer mundo, donde se privilegia el diálogo. La exigencia, desde el Ministerio de Gobernación, fue respetar a las personas”.
Barrientos reveló que ” con instrucciones del presidente, yo tuve comunicación con varios sectores de la sociedad, con sectores políticos, de todo tipo, y lo hice con mucha honestidad”.
“A alguien, me parece que no le gustó las relaciones, las conversaciones y acercamientos, pero todo eso fue con el ánimo de explicar y apelar a que estas acciones violentas dejaran de darse y se buscara un camino político, negociado para las cosas”, señaló.
Una resolución de la Corte de Constitucionalidad de la semana pasada ordenó a Gobernación y la policía hacer valer el derecho de libre movilidad, por lo que les llamó a hacerlo cumplir.
Sin embargo, los desalojos por parte de la autoridad no se dieron, lo que la fiscal general, Consuelo Porras, aprovechó para pedir la destitución del funcionario por incumplimiento de deberes. Barrientos renunció a su cargo unas horas después.
“Creo que yo cumplí mi misión, de manera transparente, espontánea, muy comprometido, pero creí que era una señal para abandonar el cargo y no generar intranquilidad en las operaciones que estas dos instituciones normalmente hacen”, subrayó Barrientos.
Porras es señalada como antidemocrática y corrupta y su campaña judicial contra el Tribunal Supremo Electoral y el partido del presidente electo Bernardo Arévalo motivaron los bloqueos desde el 2 de octubre.
Los manifestantes mantienen como punto de honor la renuncia o destitución de la fiscal general, pero ella se aferra al puesto, solapada por el mandatario Alejandro Giammattei, quien dice no tener facultades legales para destituirla.