El exprisionero político nicaragüense, Juan Sebastián Chamorro, sostuvo desde el exilio que con el dictador de su país, Daniel Ortega, “no hay nada que negociar”, en referencia a un “un acercamiento” para buscar una solución a la profunda crisis política y social del país.
“Ahorita no hay nada que negociar con la dictadura, yo me he sentado dos veces con la intención de encontrar una salida democrática al país y lo que me he encontrado en las dos ocasiones pasadas, que fue la primera mesa del diálogo nacional y la mesa de la negociación en el 2019, me encontré con una dictadura que está completamente cerrada a cualquier tipo de negociación”, dijo Chamorro a 100% NOTICIAS, un medio local nicaragüense.
El exprisionero, liberado el 9 de febrero pasado junto a 221 ciudadanos más, sostiene que Ortega y su mujer y vicepresidenta, Rosario Murillo, buscan a toda costa ganar tiempo en el poder.
“Esta es una tarea de todos los nicaragüenses, tenemos que sacar a esta dictadura criminal que ha cometido crímenes de lesa humanidad y en eso hay un rol de cada uno de los nicaragüenses”
Juan Sebastián Chamorro, exprisionero político de Nicaragua.
Por lo tanto, una tercera negociación “sería infructuosa”.
“Toda solución política debería de pasar por un diálogo y en este momento no veo ningún tipo de señal para que venga un cambio”, dijo.
“En este momento el dictador no tiene la más mínima intención de negociar algo que sea encaminado a la negociación, no le veo sentido a esos comentarios de Humberto Ortega”, agregó Chamorro.
Se refiere a una entrevista que dio a CNN Humberto Ortega Saavedra, hermano del dictador, en la que opinó que es necesario dialogar con el régimen.
Además, aplaudió los recientes llamados a la unidad de los opositores, la gran mayoría en el exilio.
Nicaragua está sumida en una crisis desde abril de 2018 cuando Ortega ordenó reprimir con violencia marchas de protesta al régimen. Esto dejó más de 300 muertos.
Desde entonces, la dictadura ha arremetido contra todos los disidentes y hasta mantiene encarcelado al obispo Rolando Álvarez, el prisionero político más emblemático del país y un crítico del gobierno.