Israel manifestó su creciente inquietud ante la supuesta presencia de fuerzas radicales iraníes y de la organización terrorista Hezbolá en Nicaragua, operando bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Según Amir Rockman, cónsul israelí en Costa Rica, estos grupos actúan “libremente” en el país centroamericano, lo que convierte a Nicaragua en un foco de preocupación para Israel en el ámbito de seguridad.
En una entrevista concedida al medio digital nicaragüense DESPACHO 505, Rockman señaló que la ruptura diplomática entre Israel y Nicaragua, que se oficializó el pasado 12 de octubre, es el tercer quiebre en las relaciones entre ambas naciones, pero podría ser el más duradero debido a la creciente influencia de Irán y Hezbolá en el país.
“El régimen Ortega-Murillo ha escogido alinearse con los intereses de Irán, desatendiendo las necesidades y el bienestar del pueblo nicaragüense”, afirmó el diplomático.
La ruptura formal, aunque no notificada directamente a Israel, se hizo evidente cuando el régimen nicaragüense publicó en sus medios oficiales y en el diario La Gaceta la decisión de romper relaciones, sin emitir una comunicación formal a las autoridades israelíes.
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Sin relación previa
El cónsul mencionó que, desde hace más de un año, las relaciones con Nicaragua estaban severamente deterioradas, con escasos contactos diplomáticos y la negativa del gobierno de Ortega a recibir a Michal Gur Aryeh, embajadora israelí en Costa Rica, que debía fungir también como representante en Nicaragua.
Rockman subrayó que Israel lamenta esta situación, pero no se sorprende.
En sus palabras, la dictadura de Ortega ha mostrado un claro interés en favorecer los lazos con Teherán y permitir la actuación de grupos radicales en su territorio.
“No sabemos cuáles son los fines de sus acciones, pero estamos muy preocupados”, puntualizó.
Una ruptura marcada por la influencia iraní
El diplomático hizo hincapié en que el quiebre actual de relaciones con Nicaragua se diferencia de los anteriores por el papel protagónico que han adquirido actores iraníes y grupos terroristas como Hezbolá en los últimos años.
Para Israel, el aumento de la influencia iraní en el mundo y, particularmente, en Nicaragua, representa una amenaza directa a su seguridad nacional.
“Durante años, Israel brindó capacitación en tecnología y apoyo a proyectos de desarrollo rural en Nicaragua, pero estos esfuerzos siempre fueron unilaterales”, añadió Rockman, quien destacó que los lazos comerciales entre ambos países han sido limitados. Aunque Israel ha mantenido una presencia turística y algunas relaciones comerciales menores en Nicaragua, el cónsul afirmó que la prioridad del régimen sandinista parece estar en sus vínculos con Teherán, más que en el desarrollo de su propio pueblo.
El historial diplomático entre Ortega e Israel
Esta es la tercera vez que Daniel Ortega rompe relaciones con Israel.
En declaraciones recientes, el dictador nicaragüense acusó a Israel de haber apoyado al régimen de Anastasio Somoza en el pasado, lo que, según Rockman, se trata de hechos del siglo pasado y no reflejan la dinámica actual.
“Lo que marca esta ruptura es el involucramiento de Irán y otros esfuerzos antidemocráticos en Nicaragua, lo que hace prever que esta vez la ruptura será más prolongada”, afirmó.
Aunque Rockman lamenta la decisión del régimen nicaragüense, también expresa que esta posición no refleja los deseos del pueblo nicaragüense.
“He conocido a muchos nicaragüenses en Costa Rica y ninguno apoya la dictadura de Ortega”, dijo el cónsul, quien sostuvo que la decisión de romper relaciones responde a los intereses de una “cleptocracia” y no del país en su conjunto.