La Fundación para la Libertad de Nicaragua, liderada por el expreso político Félix Maradiaga, manifestó su preocupación y rechazo ante la decisión del presidente Joe Biden de retirar a Cuba de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo.
En un comunicado emitido este jueves, la organización calificó la medida “como un acto que fortalece la impunidad de un régimen autoritario y pone en riesgo los avances hacia la democracia en la región”.
Según la Fundación, la exclusión de Cuba de esta lista representa una validación implícita de un régimen que ha cometido violaciones sistemáticas de derechos humanos.
Maradiaga subrayó que el régimen cubano ha reprimido a ciudadanos, activistas y periodistas que ejercen sus derechos fundamentales, mientras intenta acallar cualquier tipo de oposición.
Para la organización, este cambio de política por parte de la administración Biden envía un mensaje de permisividad ante los abusos que han caracterizado al gobierno cubano por décadas.
Además, la Fundación destacó los vínculos históricos entre el régimen cubano y organizaciones terroristas, así como su influencia en el sostenimiento de dictaduras aliadas en la región, particularmente en Venezuela y Nicaragua.
Maradiaga señaló que el gobierno de Cuba no solo actúa como un aliado estratégico de estos regímenes, sino que también ha exportado ideologías represivas que contribuyen a la desestabilización política en América Latina.
En el comunicado, también se criticó el uso de prisioneros políticos como herramientas de negociación para obtener beneficios económicos y políticos.
Aunque celebró la liberación de 553 presos políticos por parte del régimen cubano, Maradiaga lamentó que estos actos respondan “a intereses oportunistas” y no “a un compromiso genuino con los derechos humanos y la justicia”.
Maradiaga calificó esta práctica como una “manipulación cínica del sufrimiento humano”.
El presidente de la Fundación llamó a la administración entrante de Donald Trump a reinstalar a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, argumentando que es un paso necesario para enviar un mensaje claro al régimen cubano.
“El régimen de La Habana debe entender que sus acciones represivas e injerencistas tendrán consecuencias. Revertir esta medida es una responsabilidad moral y estratégica”, afirmó.
La Fundación también reafirmó su solidaridad con el pueblo cubano y destacó el coraje de quienes enfrentan al régimen dentro y fuera de la isla.
“La democracia no se construye con concesiones a quienes la destruyen. El mundo tiene una deuda moral con Cuba, y nuestras acciones deben reflejar un compromiso firme con sus derechos y aspiraciones”, concluyó Maradiaga.
Este posicionamiento se suma a las crecientes críticas de organizaciones internacionales que cuestionan la decisión de Washington y alertan sobre su impacto en la estabilidad democrática de la región.