Alineado con la reiterada y anacrónica retórica sandinista, el jefe del ejército de Nicaragua acusó a Estados Unidos de promover “intentos de golpes” y desestabilizar a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En el marco de la conmemoración del 45º aniversario de la constitución del Ejército de Nicaragua, el general Julio César Avilés, actual jefe de las Fuerzas Armadas, renovó sus acusaciones contra Estados Unidos, sosteniendo que el país norteamericano ha fomentado intentos de desestabilización y golpe de estado en ese país.
Estas declaraciones fueron emitidas en una entrevista con Sputnik, un medio de propaganda ruso aliado de regímenes dictatoriales como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Este 2 de septiembre el ejército celebró su aniversario 45, plegado completamente a la voluntad de la dictadura sandinista.
Avilés, sancionado en 2020 por EE.UU. debido a su complicidad con la represión de las protestas civiles en 2018, defendió la “fortaleza y la legitimidad de la institución militar nicaragüense”, a la vez que criticaba las denuncias de abusos de derechos en contra de la institución al servicio de la familia Ortega-Murillo.
En su entrevista con una periodista oficialista, el sancionado militar reiteró que el Ejército “sigue cohesionado” alrededor del régimen.
Avilés argumentó que el “basamento sólido” del Ejército le permite enfrentar lo que describió como procesos de “desestabilización” impulsados por “intereses extranjeros”. Según él, Estados Unidos ha financiado a diversas ONG y estructuras sociales “para generar descontento y desestabilización en Nicaragua”.
Avilés describió el estallido de violencia en 2018 como un “golpe suave” impulsado por la oposición, que posteriormente fue considerado como un intento fallido de golpe de estado a modo de justificación de la dictadura.
El general destacó que el Ejército nicaragüense tuvo que proteger objetivos estratégicos del país, como fuentes de agua potable y hospitales, ante lo que calificó como una “campaña feroz” en su contra. Según él, esta campaña incluyó la difusión de “información falsa y ataques físicos” para desmoralizar a las tropas.
“En este caso, los Estados Unidos financiaron aquí a todos estos organismos, ONG’s y entonces juegan millones por millones [de dólares], por borbollones pues, entonces decíamos nosotros que este es un tipo de guerra nueva, son guerras nuevas que generan descontento para generar desestabilización”, agregó el sancionado mando militar.
El jefe militar también criticó la presión internacional, especialmente las sanciones impuestas por EE.UU., que, según él, buscan debilitar al Ejército y socavar su cohesión.
Diversos mandos militares han sido sancionados por violaciones de derechos humanos, corrupción y crímenes contra la población civil desde 2018.
En cuanto a la seguridad interna, el general sandinista destacó la estrategia del “muro de contención” contra el crimen organizado, que según la propaganda, incluye patrullajes constantes en las fronteras y mares del país.
Afirmó que Nicaragua ha logrado mantener bajos índices de criminalidad, “a pesar de la amenaza del crimen organizado que proviene del norte y sur del continente”.
Sin embargo, diversos estudios y fuentes de seguridad señalan que debido a la falta de transparencia y credibilidad del régimen sandinista, no hay manera de verificar la validez o legitimidad de las cifras de seguridad ciudadana en Nicaragua.