Hay alboroto en las redes sociales de Nicaragua: la publicación en los medios de propaganda de imágenes de un deteriorado Daniel Ortega ha generado de memes, bromas y chistes crueles sobre el cruel dictador de Nicaragua.
En las imágenes, Ortega luce desgarbado, pálido, envejecido, con un suéter evidentemente grande y ropa muy holgada. Su apariencia es más demacrada, macilenta, flácida y con el poco cabello teñido y opaco.
Ortega aparece rodeado de empleados del canal 4, dirigido por los hijos de la familia Ortega-Murillo, ubicado a poco menos de 100 metros de la residencia que la familia ocupa desde 1979, tras confiscar la mansión al exbanquero Jaime Morales Carazo.
Para el sociólogo Óscar René Vargas, desde el exilio, la imagen de Ortega refleja la de un hombre vencido de 79 años, aquejado por enfermedades crónicas y el estrés de vivir con temor a un atentado, las sanciones internacionales y las amenazas de terminar como suelen hacerlo los dictadores.
⚠️ El caudillo Daniel Ortega visitó el lunes las instalaciones de medios sandinistas, donde se reunió con directivos y propagandistas del régimen. En las fotografías que publicaron alegres propagandistas de la dictadura se ve a Ortega demacrado y con ropa mas grande que su talla.… pic.twitter.com/R4hsxQpPvC
— Nicaragua Investiga (@nicaraguainvest) December 10, 2024
“No hay nada oculto ahí. El envejecimiento y el deterioro físico y cognitivo son evidentes desde hace años. Por eso sus discursos son repetitivos, llenos de mentiras, errores y disparates. Y bueno, le ponen un chaleco antibalas, dos camisas, una chaqueta, y le tiñen el bigote y las canas para hacerlo ver más joven, pero poco se puede hacer para ocultar la vejez a los 80 años”, señaló Vargas.
La imagen de Ortega en evidente deterioro ha sido motivo de memes y bromas digitales.
El periodista exiliado Luis Galeano, director de Café con Voz, publicó un video en YouTube con la imagen de Ortega acompañada del mensaje: “Ortega modela para muñeco del 31 de diciembre”.
Una tradición reciente en Nicaragua lleva a miles de familias a crear muñecos de trapo y papel que queman la noche del 31 de diciembre, simbolizando dejar “en cenizas” los malos momentos del año que termina.
Por su parte, el periodista Miguel Mendoza, crítico de Ortega y desterrado de Nicaragua en febrero de 2023, también publicó las imágenes del dictador rodeado de empleados del medio de propaganda del régimen, acompañadas de un mensaje mordaz: “Ya lo anda siguiendo el palero”.
En otro mensaje en redes sociales, Mendoza comparó la imagen de Ortega con el ambiente de los velorios, donde la gente toma café, juega naipes y hace bromas. Esto desató una ola de comentarios implacables y mordaces contra la figura del desprestigiado dictador, con mensajes como: “Ya huele a café de vela”, “Cámbienle el pañal” y “Solo cacaste y trompa le queda ya”.
El sociólogo y filósofo Freddy Quezada, desterrado a Guatemala en septiembre pasado como preso político, también reaccionó. Primero lanzó una broma sobre la patética imagen: “Pareciera que el preso hubiera sido él, como ya quisiéramos todos que en verdad lo fuera, y no yo”.
Y luego profundizó con un análisis académico igual de mordaz: “Nada hay más hermenéutico que una imagen. Se presta a muchas interpretaciones a merced del sentido, intereses e imaginación de los receptores. Umberto Eco decía que las ‘intentio receptoris’ son casi infinitas, siempre y cuando guarden algún vínculo mínimo con el mensaje original que no rompa con la lógica y caiga en desatinos”.
Quezada añadió que la imagen de Ortega inspira múltiples lecturas:
- Un alcohólico en una esquina de “coyotes” de los barrios, solicitando colaboración mínima para su ingesta diaria.
- Unos muchachos ayudando a cruzar la calle a un anciano en apuros.
- Un intento de proyectar la imagen de un líder casual y “humilde”, despreciando etiquetas burguesas.
- Un hombre mayor que en silencio busca ocultar evidencias de su incontinencia urinaria y la dirección de su domicilio, olvidada por completo.
- Un reo recién salido de prisión necesitado de un baño, o tal vez recién liberado tras hacer sus necesidades o que ya viene de hacerlas, y ya no podemos saber si en sus pantalones.
Ortega y Murillo se convierten en blancos recurrentes de burlas en las redes sociales cada vez que aparecen en público.
En el caso de Murillo, la crítica se centra en su personalidad oscura y vengativa, así como en su apariencia física, marcada por combinaciones de ropa estrafalarias, un descuidado aspecto dental, axilas pobladas y una gesticulación excesiva que oscila entre la risa forzada y los gestos de rabia e ira.