La República Popular China (RPC) ha intensificado su presencia en Centroamérica en los últimos años, aprovechando las dinámicas políticas y las múltiples necesidades económicas y de inversión de la región.
Según el análisis del investigador estadounidense Evan Ellis en su ensayo titulado “El impacto de la orientación política de Latinoamérica sobre el avance de la República Popular China en la región”, la influencia china en Centroamérica se ha consolidado a través de un enfoque multifacético que incluye inversiones estratégicas, cambios diplomáticos, cooperación militar, falta de transparencia y tolerancia hacia la represión.
Reconocimiento diplomático y cambios de alianzas
Desde 2007, varios países de Centroamérica han cambiado su reconocimiento diplomático de Taiwán a la República Popular China, un movimiento que ha sido fundamental para el avance de China en la región.
Según Ellis, países como Nicaragua, Honduras, Panamá, República Dominicana, y El Salvador han tomado esta decisión, luego que Costa Rica fue el primero en hacerlo.
Este cambio de alianzas ha tenido impactos políticos significativos en favor de China y en detrimento de las relaciones con Estados Unidos, el principal mercado de las exportaciones centroamericanas.
“A excepción de Costa Rica, estos cambios estuvieron influenciados por una divergencia en la alineación política con Estados Unidos”, señala Ellis en su estudio.
Los efectos, según Ellis, han sido evidentes en naciones como Panamá y República Dominicana, que han visto cambios de gobierno tras el reconocimiento de China.
Proyectos de inversión y cooperación militar
China ha expandido su presencia en Centroamérica a través de proyectos de infraestructura y acuerdos comerciales, especialmente en países como Nicaragua y Honduras, donde el avance de las iniciativas chinas ha sido menos obstaculizado por las normativas locales.
Ellis menciona que Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega, ha presentado “relativamente pocas dificultades para China en avanzar en sus iniciativas, incluyendo un acuerdo de libre comercio”, en el qué, a diferencia de Costa Rica y Panamá, los dados están cargados al gigante asiático.
De acuerdo con el análisis, la solidez institucional y los requisitos de transparencia en Panamá y Costa Rica, son la excepción en los tratos comerciales de Pekín con los otros países del área.
Además de las inversiones económicas, China ha buscado fortalecer sus lazos militares con países de la región para extender su influencia geopolítica en los alrededores de Estados Unidos.
El suministro de miles de chalecos antibalas y cascos a Panamá y Costa Rica resalta que “su implicación en la región va más allá de la cooperación militar”, sugiere el análisis.
Estas acciones reflejan un intento de China por asegurar influencia en la seguridad regional, un área de creciente interés para Pekín que desafía la cercana influencia de Washington.
Iniciativas Chinas y el Contexto Geopolítico
Ellis señala que China ha utilizado diversas iniciativas como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (la antigua ruta de la Seda), la Iniciativa de Desarrollo Global (GDI), y la Iniciativa de Seguridad Global (GSI) para fortalecer sus lazos con los países de América Latina, incluyendo los de Centroamérica.
Estas iniciativas han ampliado el alcance de la participación de China en la región, fomentando lazos más estrechos mediante foros como China-CELAC y otros grupos de trabajo.
Sin embargo, el análisis también señala que “algunos países centroamericanos han encontrado desafíos para avanzar estos proyectos debido a reglas institucionales sólidas y requisitos de transparencia”, subrayando la complejidad del entorno político y económico en el que China opera.
Una relación tolerante con regímenes autoritarios y populistas
El estudio de Ellis resalta que la estrategia de China en América Latina parece estar dirigida a fomentar relaciones con regímenes autoritarios y populistas de izquierda, proporcionando ventajas estratégicas y oportunidades económicas a cambio de apoyo internacional.
“La participación de la Chin tiende a beneficiar a los regímenes autoritarios populistas de izquierda en América Latina sobre los gobiernos democráticos con instituciones sólidas”, asegura Ellis.
Un ejemplo de ello ocurre en Costa Rica, donde la influencia china fue derrotada frente a la incidencia de Estados Unidos en el manejo de las redes de tecnologías 5G, que sacó del juego a la transnacional china Huawei.
Este enfoque, destaca Ellis, ha demostrado ser comercialmente lucrativo para las compañías chinas, a pesar de los riesgos políticos y contractuales asociados a los países autoritarios que, como Nicaragua, pueden ser inestables a mediano y largo plazo.
Limitaciones y perspectivas futuras inciertas
No obstante, las dificultades económicas recientes en China han limitado el número de nuevos préstamos importantes y proyectos de inversión en la región, atrapando en su crisis a los países del área que apuestan al gigante asiático para suplir sus faltas de recursos para inversiones de gran envergadura.
“A pesar de estas limitaciones, China ha continuado promoviendo sus intereses estratégicos mediante diversos acuerdos y proyectos. La relación entre China y los regímenes populistas también ha proporcionado ventajas económicas y asistencia técnica que contribuyen a la consolidación del poder en regímenes no democráticos”, destaca el estudio.
En conclusión, dicta el analista, la participación de China en Centroamérica y en América Latina en general, refleja una estrategia calculada para aumentar su influencia, utilizando en tanto usa inversiones económicas a cambio de compromisos diplomáticos con la agenda asiática.
Mientras Estados Unidos observa con cautela, y cierta indiferencia, China sigue ampliando su presencia en una región que históricamente ha sido parte de la esfera de influencia estadounidense.
El futuro de esta relación dependerá tanto de las dinámicas internas de los países latinoamericanos como de la capacidad de China para adaptarse a los desafíos políticos y económicos que enfrenta en esta región del mundo donde, quiérase o no, la influencia de Estados Unidos sigue siendo primordial.