El reconocido diario francés Le Monde ha puesto el foco sobre la compleja relación del presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, y su ofensiva contra los medios de comunicación nacionales.
En un extenso análisis publicado el 7 de enero, el periódico europeo detalla cómo el mandatario ha convertido sus conferencias de prensa semanales en una mezcla de espectáculo propagandístico y espacio para atacar a sus críticos, particularmente a los periodistas que cuestionan su gestión.
Según Le Monde, las ruedas de prensa de Chaves, celebradas cada miércoles al mediodía, están diseñadas como un show televisivo cuidadosamente orquestado.
Un presentador invisible anuncia los temas del día, mientras videos promocionales intercalan las intervenciones del presidente y sus ministros.
Este formato, que emplea los códigos del periodismo para disfrazar anuncios gubernamentales, da paso a momentos en los que el mandatario “se felicita a sí mismo y a sus ministros”, y simultáneamente dirige ataques directos contra figuras públicas y medios de comunicación.
Ataques a la prensa: una constante
Chaves ha focalizado sus insultos y acusaciones en tres medios de comunicación tradicionales: La Nación, CRHoy y Canal 7, a los que califica como “prostitutas al servicio de intereses políticos”.
También ha señalado a periodistas individuales, como Álvaro Murillo, del Semanario Universidad y corresponsal de El País de España, acusándolo de “querer dañar la imagen de Costa Rica” en medios internacionales.
“Me acusó al menos en tres ocasiones, aunque yo no estaba presente en las conferencias. Además, silencia a los colegas o se burla de ellos”, explicó Murillo a Le Monde.
El presidente no solo descalifica a los periodistas que lo cuestionan, sino que ha promovido una narrativa en la que ensalza a lo que llama “nuevos medios emergentes”, conformados por periodistas que le son favorables.
Según Yanancy Noguera, presidenta del Colegio de Periodistas de Costa Rica (Colper), estos “nuevos medios” están acreditados por Casa Presidencial y realizan preguntas “plantadas” que coinciden perfectamente con el mensaje que el mandatario busca difundir.
“Un periodista independiente nunca hace este tipo de preguntas”, asegura Noguera. “El objetivo de estas conferencias es simular una apertura al diálogo, pero en realidad están diseñadas para reforzar la narrativa del presidente y desacreditar cualquier crítica legítima”.
El trasfondo político de los ataques
Desde que asumió el cargo, Rodrigo Chaves ha mantenido una tensa relación con la Asamblea Legislativa, donde no cuenta con mayoría.
Según Le Monde, esta falta de gobernabilidad ha llevado al presidente a adoptar una estrategia comunicacional que busca desviar la atención de su incapacidad para generar consensos y avanzar en políticas públicas.
“El discurso simplista del presidente consiste en enfrentar a ricos y pobres, responsabilizando a los primeros de la situación de los segundos”, explica Noguera en el artículo de Le Monde.
“Esta figura de un líder fuerte y confrontativo está diseñada para hacer creer que tiene el coraje de abordar los problemas del país. Aunque su retórica funciona para mantener su popularidad, el costo es alto: un ataque sistemático a la libertad de expresión y al trabajo de la prensa”.
Además de sus insultos en las ruedas de prensa, Chaves ha sido señalado por el uso de troles en redes sociales, quienes publican mensajes en cuentas falsas para desacreditar a los medios y periodistas críticos.
“Cuando en Twitter ves un comentario en español sobre Costa Rica desde Vietnam, sabes que es un trol”, comenta Noguera al medio francés, destacando que este tipo de ataques han afectado tanto a periodistas consolidados como a reporteros jóvenes.
Censura indirecta y control de la narrativa
El informe de Le Monde también señala cómo el gobierno de Chaves ha utilizado recursos públicos y publicidad estatal para ejercer presión sobre los medios.
Ejemplo de ello fue la decisión de Kölbi y el Banco Popular, ambas empresas estatales, de retirar su publicidad de un programa humorístico de Teletica, alegando que este “ofendía sus valores”. Para varias organizaciones de defensa de la libertad de prensa, este hecho constituye un caso claro de censura indirecta, orientada a limitar la crítica hacia el gobierno.
Melany Mora, productora del segmento afectado, afirmó a Le Monde: “Esta decisión muestra cómo el poder puede usar las instituciones para imponer límites a la libertad de expresión”.
El análisis de Le Monde concluye que, en un país con una histórica tradición democrática y de respeto por la libertad de prensa, la retórica de Rodrigo Chaves representa un retroceso preocupante.
“Si el presidente insulta a la prensa, es porque esta sigue haciendo su trabajo: señalar los errores de su administración y evidenciar la regresión en muchos indicadores sociales”, apunta el artículo.
Aunque el mandatario ha ganado popularidad con su discurso confrontativo, las tensiones entre el gobierno y los medios de comunicación han encendido las alarmas en organizaciones internacionales que velan por la libertad de prensa.
En Costa Rica, un país que históricamente ha sido visto como un bastión de estabilidad y respeto a los derechos humanos en Centroamérica, estas acciones son motivo de preocupación creciente.