Legisladores estadounidenses, entre ellos el senador republicano por Luisiana, Bill Cassidy y el congresista Carlos Gimenez, critaron este miércoles el anuncio de Honduras de establecer relaciones con China continental y advirtieron de posibles consecuencias por la decisión diplomática.
“La presidenta hondureña, Xiomara Castro, está acercando a su país a la China comunista mientras el mundo se aleja. El pueblo hondureño sufrirá por su liderazgo fallido”, escribió Cassidy en su cuenta en Twitter.
Por su parte, el congresista Carlos A. Gimenez, representante de Florida, sostuvo que la izquierdista mandataria de Honduras ha cometido un error al ordenar iniciar el proceso de establecimiento de relaciones con la República Popular China.
“La presidenta Xiomara Castro Zelaya ha cometido un grave error en abandonar a Taiwán democrática y abrazar al régimen asesino de China Comunista. El accionar de la señora presidenta es totalmente deleznable”, escribió en redes sociales.
Estas son dos de las primeras reacciones de políticos norteamericanos ante la pretensión diplomática de Honduras.
La República Popular China, adversaria de los Estados Unidos, mantiene su permanente interés por ganar aliados en Centroamérica, a cambio de millonarios ofrecimientos de ayuda a los gobiernos, los cuales no necesariamente se concretan.
Entre los objetivos de China continental con la “compra de relaciones por medio de trampas”, como le llaman los críticos del gigante asiático, están no solo los comerciales, sino también los geopolíticos.
Las experiencias con los países de la región con los que ha establecido relaciones diplomáticas no necesariamente han resultado beneficiosas en lo comercial, como lo prometieron. Las compras de productos hechos en Centroamérica es baja, mientras la importación de lo “made in China” es elevadísima.
Según una suma de estadísticas oficiales centroamericanas, China vendió a cinco países centroamericanos (Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala) productos por cerca de $12,500 millones de dólares en el 2022. Mientras que China solamente compró unos $747 millones a esos cinco países.