Cuba ha sido el escenario ideal para que los dictadores Daniel Ortega y Nicolas Maduro, de Nicaragua y Venezuela respectivamente, se sentaran a dialogar como en casa, porque el país caribeño ha sido la escuela de ambos dictadores para establecer un sistema totalitario en sus respectivas naciones.
Solo entre sus países son capaces de salir los dictadores, mientras que al resto de eventos internacionales se ausentan y acostumbran a mandar a sus delegados con los apuntes y discursos escritos para que no pierdan el horizonte.
En este sentido, ambos dictadores sostuvieron una reunión en el marco de la cumbre del G-77 + China, que se celebró en Cuba, escenario en el que conversaron y coincidieron en la necesidad de apostar a la cooperación internacional a pesar de sus políticas totalitarias y de violación de derechos humanos.
Pero además, en ambos países los organismos de cooperación han sido expulsados, donde se les ha negado sus personerías jurídicas, y donde también han sido confiscadas.
A pesar de eso, los dos dictadores del continente americano, coincidieron en reafirmar su compromiso “de fortalecer sus relaciones binacionales y ratificaron su apuesta por el cambio de la cooperación internacional”, dio a conocer el país sudamericano, aunque en sus contextos básicamente este tema sería entre ambas naciones y los países que se aprovechan de la pobreza y miseria en la que tienen sumergidos a sus países, como China y Rusia.
El régimen de Maduro compartió esta información a través de un comunicado de prensa con la mal nombrada Revolución Bolivariana, en la que afirman que ambos dictadores “reafirmaron su compromiso de fortalecer sus relaciones binacionales y ratificaron su apuesta por el camino de la cooperación internacional”.
Ambas dictaduras, fiel a su estilo, no dejan atrás a Estados Unidos, con el que justifican sus políticas ante los pueblos que gobiernan, por ello, según la nota de prensa “en su relacionamiento, han coincidido en plantear estrategias para enfrentar el hegemonismo y las pretensiones que siempre ha caracterizado a Estados Unidos de ser el tutor del mundo”.
La información ha sido vacía y más del tejido discursivo que les caracteriza sin dar detalles específicos sobre lo que realmente pretenden ambos dictadores.