Los patrones de persecución de Ortega son casi idénticos a China, dice opositor nicaragüense

Félix Maradiaga señala que Ortega busca presionar al Vaticano para nombrar obispos al estilo chino.Un académico estadounidense advierte que los métodos de la dictadura Ortega-Murillo son incluso más brutales que China.

En julio de 2020, la capilla de la Sangre de Cristo en la catedral de Managua fue atacada con explosivos. Nunca se investigó el ataque ni hubo detenidos.

Los patrones de persecución de la dictadura Ortega-Murillo contra la Iglesia Católica son “casi idénticos” a los que aplica el Partido Comunista Chino, advirtió el politólogo nicaragüense, Félix Maradiaga, presidente de la Fundación Libertad. 

“Los patrones de persecución de China y Nicaragua son casi idénticos: la expulsión del nuncio, el encarcelamiento y destierro de religiosos, las acusaciones infundadas de conspiración política de la iglesia contra la revolución, el cierre de instituciones religiosas mediante impuestos impagables o la asfixia económica”, explicó el politólogo y expreso político de la dictadura nicaragüense, en declaraciones a Centroamérica 360.

Como ejemplo, Maradiaga recuerda que China rompió relaciones con el Vaticano y expulsó al nuncio. Para 1953, el partido comunista prohibió oficialmente la Iglesia Católica vinculada al Vaticano.

Ortega expulsó en marzo de 2022 al Nuncio Apostólico en Managua, Waldemar Stanislaw Sommertag y las relaciones con El Vaticano son prácticamente nulas.

El nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, fue expulsado en marzo de 2022 por la dictadura nicaragüense.

China además impuso la obligación de que todos los misioneros extranjeros se registraran ante el gobierno, las autoridades chinas comenzaron a interrogar a católicos e investigar hospitales y escuelas relacionados con la Iglesia. Además, se impusieron impuestos prohibitivamente altos a muchas iglesias, lo que llevó al cierre de varias de ellas.

Las medidas impuestas por el Partido Comunista Chino han sido replicadas por Ortega en los últimos dos años, expulsando a religiosos extranjeros, cerrando universidades, medios de comunicación e instituciones de caridad de congregaciones católicas.

Someterla a la fuerza 

Además, Maradiaga señala que la persecución de la dictadura Ortega-Murillo contra la Iglesia Católica busca someterla por la fuerza y obligar al Vaticano a seguir el modelo chino de nombrar obispos favorables al régimen,

“El objetivo final de los regímenes es someter a la iglesia por la fuerza”, dijo Maradiaga  señaló que Ortega busca un acuerdo similar al que China logró imponer al Vaticano para que los obispos estén bajo control gubernamental.

“Hoy, los 10 millones de católicos chinos se dividen en una Iglesia oficial, controlada por Pekín, y una Iglesia clandestina. Como una forma de proteger a los católicos clandestinos, el Papa Benedicto XVI no tuvo otro camino que concretar un acuerdo con el Partido Comunista chino, acuerdo que ha sido refrendado por el actual Papa Francisco”, recordó Maradiaga. 

Félix Maradiaga, expreso político nicaragüense, presidente de la Fundación Libertad.

El acercamiento hipócrita de Ortega a la Iglesia

Según Maradiaga, a diferencia del modelo chino o el modelo cubano, en donde el discurso oficial hacia la Iglesia Católica ha sido claramente antirreligioso, en el caso del sandinismo “la estrategia siempre ha sido encubrir los planes de sometimiento mediante un discurso hipócritamente religioso”.

“Durante los años 80, la estrategia fue usar la teología de la liberación como el método para promover un catolicismo al margen de la aprobación del Vaticano. Con la llegada de Daniel Ortega al poder en el 2007, la estrategia cambió en su forma pero no en su fondo”, afirma Maradiaga.

Y eso pasó por procurar acuerdos con el entonces arzobispo emérito del arquidiócesis de Managua, Miguel Obando y Bravo. Ortega pensaba que podía hacer con el Cardenal Miguel Obando y Bravo.

Daniel Ortega tuvo como aliado al arzobispo emérito de Managua, Miguel Obando y Bravo, fallecido en 2018.

“No obstante, la resistencia de varios obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua fue muy fuerte y, a pesar de la influencia del Cardenal Miguel Obando y Bravo, aún en su condición de arzobispo emérito, no le fue posible a Ortega lograr su cometido”. Maradiaga destaca el papel fundamental que jugaron obispos como Silvio Báez, Abelardo Mata y Rolando Álvarez. Báez tuvo que exiliarse, Mata se jubiló y Álvarez es preso político de la dictadura.

“Al llegar el 2018 , la posición clara y valiente de la Conferencia Episcopal del lado de los derechos humanos frente a los graves abusos cometidos por el régimen frente a la ciudadanía que protestaba, hizo que la dictadura abiertamente definiera a los obispos como enemigos del proyecto político”, afirma Maradiaga.

En 2018, un estallido social contra la dictadura provocó un levantamiento popular que fue sofocado con una represión feroz que dejó más de 300 muertos, cientos de presos políticos y unos 600 mil exiliados.

Daniel Ortega y Rosario Murillo, la pareja de dictadores que gobierna Nicaragua.

Acciones más brutales que en China

Para el académico estadounidense, Dr. Evan Ellis, del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos, “las acciones del régimen de Ortega contra la Iglesia son más brutales que en China”.

Francamente, en mi opinión, las acciones del régimen de Ortega contra la Iglesia Católica en Nicaragua son más brutales que la persecución más sutil en China. Lo que hemos visto en Nicaragua es más brutal en cuanto al encarcelamiento de obispos de alto perfil como Rolando Álvarez, la eliminación de universidad y la expulsión de otras figuras religiosas”, dijo Ellis a Centroamérica 360.

Ellis advirtió que “los medios chinos defienden las acciones chinas con sofisticación, si se compara con la brutalidad que Rosario Murillo insulta de manera vulgar a los sacerdotes de la Iglesia”.

“Esto es impensable que China use ese estilo en su represión y su comunicación interna o externamente.

Cuando veo el estilo de los Ortega de cómo reprimen la iglesia católica y casi todas las áreas lo hacen con brutalidad que causa vergüenza hasta a los chinos por ser socios de ellos”, subrayó Ellis, quien asegura que en China “los métodos de represión están hechos con sutileza y sofisticación”.

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