El empresario Mayer Mizrachi fue juramentado este martes como el nuevo alcalde de Panamá y la suya es una historia particular y polémica, que lo ha llevado desde la cárcel a la municipalidad más importante de este país de 4 millones de habitantes.
De empresario tecnológico a reo, y ahora, como alcalde de la Ciudad de Panamá, Mizrachi ha recorrido un camino lleno de altibajos que ha capturado la atención de la nación.
Mayer Mizrachi tomó posesión hoy como alcalde de Panamá. Dijo que lo primero que hay que hacer es reducir los gastos, ya que muchos son por politiquería. Vía: @victorarosemena pic.twitter.com/ZndNrfGfzI
— PanamáAmérica (@PanamaAmerica) July 2, 2024
Mizrachi, de 37 años, saltó a la fama como un joven emprendedor con su empresa, Criptext, una plataforma de mensajería segura que prometía revolucionar la manera en que las personas se comunicaban en línea. Su éxito en el sector tecnológico le permitió ganar reconocimiento y establecerse como una figura prominente en el mundo de los negocios en Panamá.
Sin embargo, su carrera dio un giro drástico cuando, en 2015, Mizrachi fue arrestado en Colombia a pedido de las autoridades panameñas. Se le acusó de supuestos delitos relacionados con la corrupción y el mal uso de fondos públicos en un contrato de tecnología para el gobierno panameño. Tras un proceso judicial largo y complicado, Mizrachi fue extraditado a Panamá, donde pasó varios meses en prisión preventiva.
Listos para iniciar el acto protocolar. Gracias por acompañarme en este camino @R_RuizDiaz pic.twitter.com/R8HoIMgkVc
— Mayer Mizrachi (@Mayer) July 2, 2024
Las acusaciones en su contra incluían irregularidades en la implementación de un sistema de comunicación encriptado para el Consejo de Seguridad Nacional de Panamá, un contrato valorado en $211,850. La detención y el escándalo mancharon su reputación y lo convirtieron en un paria en los círculos empresariales y políticos.
Sin embargo, fue absuelto de los cargos.
En las elecciones municipales de 2024, Mayer Mizrachi sorprendió a muchos al ganar la alcaldía de la Ciudad de Panamá. Su victoria no solo fue vista como una reivindicación personal, sino también como una señal de que los votantes estaban dispuestos a darle una segunda oportunidad.
En su discurso de toma de posesión recordó su pasado: “De estar en una cárcel a ser el alcalde de Panamá… no hay mayor sentimiento de humildad y agradecimiento después de ocho años de luchar con un sistema que no solo me falló a mí, sino que le falló a todos los ciudadanos”.